De origen cubano, Josefina Alonso de Rodríguez se asimiló tanto a lo chapín que en nuestra memoria es una guatemalteca notable.
Con dos títulos a cuestas, uno en Filosofía y Letras y el doctorado en Filosofía de la Historia del Arte, escapando del régimen comunista, se entregó con el alma a indagar, catalogar, analizar y proponer el entendimiento de piezas coloniales y contemporáneas, entre otros temas. En la Usac obtuvo otra licenciatura en Historia. A través de sus escritos será siempre una de las referencias obligadas para la investigación de nuestra cultura creativa.
Como crítica de arte encontró injusta oposición. Le tocó ejercer en un momento en que el país no había madurado y la opinión, especialmente femenina, era reprimida con cierta falta de decoro. Probablemente el punto psicológico que la hizo cejar en el intento tuvo relación con su estatus de inmigrante (lo que es una lástima). Sin embargo su visión fructificó a través de la formación de otros profesionales. En este sentido hay que acotar que su cátedra sobre la evaluación metódica de los productos creativos se encaminó, sin distracciones, por la vía de lo objetivo y el análisis de sus contenidos formales. Desde esa perspectiva, según su acertado criterio, se podía calificar cualquier tipo de propuesta.
Entre sus grandes aportes, que fueron muchos y algunos de ellos están dispersos, sobresalen los tres tomos sobre la Platería Colonial. Del tema realizó exhaustivos estudios que hoy son fuente obligatoria de consulta. En la misma circunstancia, pero más notorio por la escasez de trabajos de esta naturaleza, sobresale el libro Arte Contemporáneo Occidente Guatemala. Éste es prácticamente el único estudio serio que se publicó en el país hasta 1966 y fue realizado junto a varios de los más renombrados artistas y arquitectos del país. Se constituye, por sus contenidos, en una verdadera rareza de colección. Antes de ello, salvo las Bellas Artes de Guatemala (desprestigiado por sus errores), no existió ningún trabajo con el que se le pueda comparar.
Su acción llegó inclusive al campo de la gestión. Como voluntaria estuvo involucrada en múltiples proyectos entre los que hay que listar la construcción del actual edificio de la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Fue, además de catedrática en distintas universidades y la ENAP, una de las mejores administradoras a cargo de la Dirección General de Cultura y Bellas Artes y el Gran Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. Como rotaria colaboró siempre en el desarrollo de la subasta que maneja el comité de damas y otras actividades similares de otras organizaciones. Su trascendencia y limpia labor, franca amistad, hará que se la recuerde siempre. Descanse en Paz.
Actividades que no hay que dejar de visitar
En el Palacio de Correos se inauguró, el pasado 22 de enero, la muestra Cabal junto a cinco propuestas del Taller Experimental de Gráfica. La exhibición es imponente. Mañana se abre, en el Museo Nacional de Arte Moderno, el 2ª Salón del Grabado. En Cantón Exposición está la singular exposición fotográfica Imitación Plebeya, de Ugo Hernández, y en el Teatro del IGA se presenta la más que recomendada obra Defendiendo al Cavernícola”… (Continúa).
lunes, 4 de febrero de 2008
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