Edwin Castro está exponiendo su obra reciente en el Cantón Exposición de G&T Continental.
Este artista es además de fotógrafo, reportero y periodista. Su labor repunta por sus constantes contribuciones al campo de las tradiciones y el folclor de Guatemala. Temas que han sido exaltados por medio de diversidad de reseñas periodísticas y conferencias en entidades educativas, culturales, religiosas y diplomáticas.
La Semana Santa y toda la actividad relativa a ella, es una de las inquietudes que registra con más constancia. Con esta exposición se apunta méritos significativos en la rama de la instantánea de ocasión debido a la dimensión con la que propuso un tema por demás recurrente. Tiene ojo y no desaprovecha el momento propicio para sacar “la foto”. Si por un lado se pueden calificar muy bien sus impresiones desde las perspectivas del color y la composición, se hace necesario señalar que es por otros valores que la colección se desborda.
La muestra está constituida por una sucesión de hallazgos afortunados desde donde propone su visión de espiritualidad. En otras palabras, no es una exposición más sobre la fecha y las posibilidades estéticas que la misma ofrece. La serie, entonces, trata sobre las personas y el modo como exteriorizan el sentimiento de su fe. Sentimiento qué, sin duda alguna, es parte integral de las inquietudes de autor porque logra trasmitirlo muy bien.
En lo personal he de reconocer que el encuentro con la exposición me llegó por dos hechos ajenos a la misma. El primero de ellos fue el haber visto a un muchacho muerto dentro de su carro en pleno corazón de Cuatro Grados Norte hace una semana. El de boca en boca –que en este país funciona demasiado bien- asevera que le suministraron una sustancia narcótica para robarle. Algo creíble por todo lo que se escucha y se lee. El segundo llegó con las notas rojas que aparecieron en los medios de comunicación la semana que se inauguró Camino Al Gólgota. Reportajes que cambian de protagonistas pero que, en lo que toca a la seguridad y los derechos que afectan al ciudadano promedio, no han variado un ápice desde hace mucho tiempo ¿Alguien sabe si ya se esclareció el asesinato de la pianista Dorothy Áscoly? Disquisiciones que al contraponerlas con la invitación del evento me impactaron porque, como ya anoté, los protagonistas que aparecen en la imagen eran una buena porción de chapines ejerciendo su derecho a vivir en paz y a desarrollarse libremente dentro de sus creencias.
El recorrido de Castro se convierte, desde esta perspectiva, en un camino de luz en el que todos los involucrados trabajan en cordial convivencia. Un mundo paralelo y multitudinario que eclipsa las noticias y que refleja a un pueblo capaz de coordinarse para hacer las cosas bien. Amén de la Dolorosa, el Jesús de la Merced y dejando de lado que el artista tomó como referencia una actividad católica, las dieciséis fotos demuestran con mayor fuerza que somos un pueblo que queremos vivir en paz, libertad y que todavía hay esperanza.
lunes, 6 de abril de 2009
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