En los últimos años me han llegado a las manos una serie de aportes de diversa índole. Muchos de ellos provienen de la Fundación Mario Monteforte Toledo.
Libros, DVD y otra serie de registros se suman al esfuerzo que la iniciativa privada y sus alianzas estratégicas, están realizando para exaltar, promover y rescatar la cultura artística nacional. Coaliciones que, del lado oficial, pocas veces resultan por los protagonismos politiqueros de los funcionarios a cargo.
Investigando un poco su origen me topé con una historia por demás esclarecedora. Los primeros pasos de la institución estuvieron marcados por un Premio Nacional de Literatura que le entregaron, en 1993, al propio Mario Monteforte Toledo. La suma, desproporcionada y ridícula (si se toma en cuenta que se estaba exaltando a figura preponderante del país), fue a su vez donada por el vital protagonista para estimular a autores que empezaran a dar sus primeros pasos en el campo de la novela.
Más adelante (1997), diez personas se reunieron para crear la Fundación Mario Monteforte Toledo: Efraín Recinos, Marco Augusto Quiroa, Manolo Gallardo, William Lemus, Alfredo Balsells Tojo, José Ruben Zamora, Martha Regina de Fahsen, Elmar René Rojas, José Toledo (quien preside y es el eje central de toda la actividad que desarrolla la Fundación) y el propio Monteforte. El objetivo fue el de establecer, una vez al año, el Premio de Novela en Guatemala. Decisión que se ha cumplido a cabalidad gracias a la donación de obras que artistas visuales han hecho para recaudar los cincuenta mil quetzales del premio.
A ellos se sumaría SOROS. Desde 2002, el reto sería más ambicioso y el certamen pasaría a tener carácter centroamericano.
El mismo año y de la mano, llegó el cine con Donde Acaban los Caminos. Este filme no solo contó con mucha atención a nivel nacional sino que nos dio trabajo a todos los artistas escénicos disponibles (ya en roles principales o de relleno). En todo caso la experiencia sirvió para unirse a otras voluntades y demostrar que el género y sus patrocinadores, estaban aportando un nuevo escenario para la expresión nacional. Junto a lo dicho han recuperado otro tipo de documentación, de corte documental, la cual ha sido pasada a formatos de DVD y posee la intención de educar a partir de seleccionadas producciones.
Entre los libros sobresalen los dedicados a artistas de primer orden como Marco Augusto Quiroa / Ayer y Hoy; Difusores Acústicos de Efraín Recinos (que ya va por su segunda edición); El Juego de Hacer Dibujos – pintura infantil de Efraín Recinos y el más reciente el Libro de Manolo Gallardo. Trabajos producidos con gran lujo y con textos bajo el cuidado de reputados analistas. Todo ello amén de los vitales apoyos a otras entidades independientes.
En el Instituto Guatemalteco Americano esta semana, la Fundación presentará dentro de la exposición que IGA organizó en honor a Daniel Schafer, la película DS. Además hay otras producciones de esta índole que ya están en proceso.
lunes, 19 de mayo de 2008
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