lunes, 8 de septiembre de 2008

Funsilec

Son muchas las entidades que aportan beneficios a la sociedad a partir de actividades relacionadas con el arte. Por lo general artes escénicas y visuales, sirven de gancho para atraer a un tipo de público muy particular: aquel que atesora o asiste a un evento con la intención de ayudar.
En las artes plásticas se maneja con mucho éxito la modalidad de las subastas o, como en el caso de la Fundación para la Superación Integral de Menores con Lesión Cerebral, Funsilec, las exposiciones-venta. Estas tribunas redundan en múltiples beneficios. Entre ellos está que hacen visibles a cierta porción de artistas que exploran técnicas y estilos considerados como tradicionales por los más conceptuales. Asimismo, a través de sus catálogos, se convierte en centro de registro de las modas expresivas por las que transitan los autores convocados. En otras palabras, juegan un papel fundamental como elementos de promoción y al mismo tiempo, a manera de fuentes referenciales. Estas convocatorias son por invitación.
Cinco años han pasado desde que Funsilec organizó por primera vez esta exhibición. Su proceso de maduración, aunado a la selección –o curación- de lo que exhibe al público, le va otorgando su espacio dentro del conglomerado institucional que se dedica a esta forma de recaudación pero… ¿Cómo se organiza un evento de esta magnitud para que sea rentable y confiable? Bueno, eso depende de los padrinos y la conciencia con la que se apliquen para alcanzar las metas. En el caso de los artistas hay que señalar que entre más concientes estén de la importancia que juegan en la producción de fondos, más van a poder colaborar. Este año la entidad le dedica un espacio especial a la obra creativa del artista Elmar René Rojas. En el pasado fueron objeto de la misma deferencia Magda Eunice Sánchez (quien incluso se interesó en conocer el centro), Ramón Ávila y Efraín Recinos.
Por el otro lado hay patrocinadores que han llegado a dar una mano debido a la seriedad con la que sus promotores visualizan la actividad. Sin perder de vista el entendimiento de la dimensión que posee la empresa: conseguir recursos para programas educativos que mitiguen las deficiencias de niños con serios daños neuronales. Trabajo que en el presente se está materializando en un centro específico para su desarrollo educativo.
El trabajo es agotador y, por supuesto, la misión siempre cuesta arriba. Es así como Funsilec mantiene una acción febril que la ha llevado a organizar bingos, charlas de diversa índole, cadenas de pizza, fiestas, conciertos y cuánto se les ocurra. Todo ello se traduce en métodos integrales para el desarrollo de habilidades, métodos de oxigenación del cerebro, terapias a partir del contacto con la naturaleza y un repertorio de programas específicos e individuales elaborados según el perfil individual del educando. Además de caro, sus aplicaciones son lentas y descorazonadoras, pero siempre brindan frutos. Aún así el espíritu de estas madres no se apaga.

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