lunes, 28 de diciembre de 2009

Regina de Prado (2a. parte)

“Y la instalación, con el cerco de estas fotos, está haciendo la famosa ‘mise en abîme’”.

“Es decir el proceso de ‘las cajas chinas’, o replicación infinita del sistema (o imagen, o idea etcétera) adentro de sí mismo garantía suprema de la fuerza de un trabajo, como un martillazo que nos adentra una idea: el cerco cerca, y nos encontramos cercados por este: sur-añade un significado de encarcelamiento, de encarcelamiento en el propio sistema que nos hemos creado, como una alienación de la cual no podemos salir”.

“Ves que tu intención está no solamente clarísima, pero amplificada por la manera misma que escogiste para tu tema: la foto de un fenómeno bien preciso, colocada en un sistema que es redundante con el fenómeno y con ello mismo”.

“Quisiera poder ver todo esto en realidad, mi querida amiga, más que todo para sentir físicamente esa sensación total de asombro/enajenación-encarcelación que puedo intuir desde tus fotos, y te digo ¡Felicitaciones!” Y la firma: Veronique.

Pues en esencia eso es la muestra. Es un reflejo de la chapinidad que a diario nos define y que en ese contexto nos pone límites y paisajes a los que nos acostumbramos. Sin protestar. El que puede se encierra y el que no se queda fuera. Sin embargo, dentro de los contenidos lo que pesa es el conjunto estético y la visión de una artista formada y rigurosa que aprendió cosas simples como que un paisaje se pinta de atrás para adelante o que para deformar en busca de los abstracto hay reglas que entender.

Regina es dibujante, pintora, grabadora, escultora, instaladora y pareciera que desde siempre ha tenido muy claro el papel que juega ella como artista y el respeto que la obra como producto de su cabeza merece. En ese sentido toda su producción pasada refleja claramente las inquietudes por las que iba atravesando y cómo las podía resolver a partir de los formatos elegidos. Joven, esposa, madre, abuela, mujer, dama, profesional, artista, guatemalteca. Todas en una. No hay en el trayecto ni traumas irreversibles ni conflictos de personalidad. Ella es la que es y desde esa perspectiva produce y encuentra resultados.

No me queda mucho más que anotar, ya que Veronique me comió el mandado. Sin embargo, puntualizo que es loable el ímpetu con el que Regina de Batres se lanzó al escenario de las artes visuales. Su producción, pese a ser ella una artista que se inició a principios de los años 1960, sigue siendo fresca y se ubica entre lo más sobresaliente del siglo XXI, a la par de las propuestas de los autores inquietos y llenos de fuerza. Esta vitalidad surge de una conciencia muy clara relacionada con el objeto artístico, su dimensión como expresión y el entendimiento absoluto de los subtextos que surgen en el proceso creativo de la obra. Aunque es una autora de estudio, como las de antes, en su taller se crean proyectos que ven la luz después de arduas jornadas de cabildeos de conciencia.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Carta a Regina de Batres

Cuando fui a ver la muestra de Regina de Batres al Museo Nacional de Arte Moderno lo único que pude pensar fue en cómo ha evolucionado esta artista.

Maestra, hubiera dicho Dagoberto Vásquez. Independientemente a lo que yo interpreté, me topé con una carta que la artista visual Veronique Simar le escribió. Como consideré que las ideas de Veronique se ajustaban a mis percepciones y que es una pena que este documento no se publique, decidí incluirlo en este espacio para compartirlo con el público. Esta exposición, por cierto, estará abierta hasta antes de la Noche Buena.

“Desde fotos sobre fotos. Antes de recibir este mail tuyo de hoy con las fotos de lo que vas a exponer, la imagen de la invitación se había quedado grabada en mi mente... ¡pero sin las bolsas plásticas! Tan fuerte había sido el impacto del enredo de la planta con el ahora ubicuo “razor-blade”: para mí era como una fotografía instantánea del enredo de la generosidad de la Madre Naturaleza, que provee sin preguntas —sin miedo, sin discriminación, a todos los vientos, a donde sea, y para cualquiera— con la pequeñez y mezquindad del Hombre, que se ha creado “un su hogar”, “un su lugar”, “un su mundo”, a proteger de la violencia que él mismo se ha creado, con su falta de armonía entre los seres, su falta de generosidad, su propiedad privada, su interés propio de muy corto plazo, etcétera. En una sola foto escribías en mis ojos un símbolo fuerte del lado oscuro de esa “civilización moderna y occidental que sigue haciéndonos daños, a grande como a pequeña escala”.

“Me acabas de dar las razones que te llevaron a realizar este trabajo, tu deseo de crear una conciencia de cómo hemos destruido nuestro paisaje cotidiano. Con mi reacción primera, puedes ver que tu trabajo despierta un significado múltiple, rico, polivalente, ¡y esto es chévere!”

“Ahora que miro las otras fotos, logro ver las bolsas de plástico tiradas a donde sea, símbolo del poco respeto a nuestro entorno y de dejadez, lo que va en el mismo sentido que me había dado la foto de tu invitación, pero que se afina. Y, como tú dices, la estética de todo esto te apareció. Aún así, nuestro paisaje cotidiano de repente es bello en tus fotos. Es cierto realmente que las cosas más feas se vuelven estéticas una vez resaltadas y aisladas: esto es la tarea del artista, y lo sabes, ¿verdad? Pero nos hace tomar conciencia también de que todo tiene sus dos lados (lo feo con lo bello en este caso) y nos da una visión más holística del mundo, llevándonos paulatinamente a una aceptación de esa dualidad de la realidad —el Yin y el yang— de la sabiduría oriental tal vez. Así que este trabajo tuyo amplió tu conciencia, eso significa que es un “trabajo real sobre tu modo de enfocar el mundo, al mismo tiempo que compartes esta nueva visión con otros para que la agarren un poco: te felicito de verdad por este acto artístico de primer orden”. (Continuará.)

lunes, 14 de diciembre de 2009

Olga Arriola

No es raro encontrar, cada poco, noticias referentes a la inagotable labor de esta autora.

Olga Arriola de Geng no solo ha desarrollado una carrera artística. Siempre en un espiral ascendente, sus inquietudes la han llevado a culminar, también, tratados que se han convertido en verdaderos logros en distintos campos académicos, entre ellos los referentes a los usos y expresiones culturales de los guatemaltecos. En lo etnográfico se ha especializado tanto en los vestuarios regionales y los accesorios que componen el universo de tradiciones como los usos expresivos de sus distintas comunidades.

Su nuevo aporte es una fusión de capacidades personales en donde se manifiestan, de paso, sus propios talentos artísticos. Se trata del libro Danzas, bailes y máscaras de Guatemala, publicado con la editorial Serviprensa Centroamericana. El documento rescata y pone de manifiesto la existencia de más de cien bailes ceremoniales y otras expresiones festivas —con sus vistosos trajes y utilerías— practicadas en los distintos municipios de Guatemala. Visión que incluye a los coloridos y rítmicos garífunas.

El valor de este trabajo se manifiesta desde distintas perspectivas. Primero porque pone en contexto tradiciones locales que no conocen otras latitudes distanciadas por la geografía. Luego porque sugiere un calendario, por temporada, que permite crear itinerarios de observación que pueden ayudar a percibir las variaciones que van surgiendo conforme van evolucionando las culturas que las desarrollan tradicionalmente. Todo esto puede redundar en un recorrido turístico que bien podrían aprovechar el INGUAT y las agencias de viaje, en beneficio de visiones alternativas del interior de la República. Unido a ello van distintos tipos de repertorios que deben convertirse en objeto de protección para la posteridad. En fin, el contenido es exhaustivo, ordenado y tan amplio, que puede dar pauta a que otros estudiosos se adentren en múltiples posibilidades.

El estudio analítico está complementado por ilustraciones, fotografías de diferentes procedencias y estampas xilográficas creadas por la autora. Este inventario, especialmente el creado por Arriola de Geng, es una particularidad que adiciona positivamente en la trayectoria de la artista. Aunque en el libro se convierte en otro tipo de gráfica mecanizada, hay que tomar en cuenta que en la realidad son parte de un proceso creativo (artesanal) muy singular. Primero talla el soporte sacando con gubias trozos de materia, luego entinta con distintos colores las superficies altas de la placa y luego estampa con un tórculo o con otros procedimientos manuales, sobre el papel.

En este campo la artista es considerada como única, debido a los intereses que nutren su imaginación. Aunque las máscaras representadas por ella son abstracciones tomadas de la realidad, no pierden sus características aportando así nuevas visiones al arte contemporáneo guatemalteco. Lo mismo se debe apuntar respecto a su producción en escultura, pintura, mosaico y cerámica ¿no sabe que regalar en Navidad? Pues este libro es una gran opción.

lunes, 7 de diciembre de 2009

La visita al cementerio (3ra. parte)

El segundo encuentro fue a unos pasos de la tumba de Justo Rufino Barrios, en donde había un nicho, parte de un mausoleo sin identificación, que exudaba cierta calidez.

Hay que recordar que aquella noche hacía mucho frío y que desde donde salía esa especie de vaho era de un sepulcro inferior. Era poco probable, por tanto, que retuviera las bondades del sol vespertino (si es que los árboles dejaron que sus rayos pasaran entre las nutridas ramas).
La tercera experiencia fue en una extensa área en la que se percibía calor —una manzana más o menos—. Para la hora, la época del año y el estado del clima general, se podría anotar que hacía hasta un poco de bochorno. Fuera de ese sector, ya lo he anotado, hacía un frío implacable. Algo interesante: todos sentimos ese efecto climático y uno solo de nosotros vio algo —Anabella de León percibió luces fugaces pequeñas y escuchó ruidos extraños como martilleos. Además, fue presa de dolores muy fuertes en las piernas—. Hay que saber que en ese momento los productores nos dejaron distribuidos y en completa soledad, en distintos recintos del cementerio. La diputada y yo nos quedamos allí en donde ni soplaba el aire… ella, a varios metros de mi persona, en donde no podía verla.

La penúltima presencia fue auditiva y sólo yo la experimenté. Escuché a dos mujeres susurrando —no llegué a entender de qué estaban hablando y no me pareció que estuvieran rezando, pero sí diciendo palabras repetidamente—. Finalmente me quedé sin energía y terminé durmiendo a los pies del fastuoso mausoleo egipcio de los Castillo (era el único que tenía la entrada barrida). El resto ya se transmitió o va a salir en el programa de televisión el día miércoles.

Más allá de la visita, que fue una extraordinaria vivencia, creo que hay otros puntos que resaltar. Por ejemplo, un grupo de personas que ha leído esta serie de columnas me manifestó el interés en promover la iniciativa de que el camposanto pase a manos de la Municipalidad. Que cómo podían interesar a Álvaro Arzú —quien tiene célebres ancestros enterrados allí— para que se haga cargo del reto. El Ministerio de Salud realmente no se ha esforzado mucho en otros aspectos más allá de su competencia. Hay que recordar que esta ciudad de los muertos no solo es profanada por ladrones de bronce y otro tipo de depredadores. Es una zona roja en donde se asalta impunemente a los visitantes, y esto, en un lugar de reposo y espiritualidad, es inconcebible. También tengo entendido que aún no está declarada como Patrimonio Nacional, y es precisamente en ese recinto en donde se encuentra gran parte de la producción romántica que hay en el país. Los pocos estudios que conozco resaltan la presencia de tallas importadas que calzan la firma de importantes autores, entre ellos, los de Carrier o Mühr y escultores nacionales como Rodríguez Padilla o Yela Günther, entre muchos. ¿Es que también vamos a dejar perder este espacio en manos de la desidia que domina al guatemalteco contemporáneo?

lunes, 30 de noviembre de 2009

Visita al cementerio (2)

Pero no solo la cultura occidental le ha dado mayor o menor valor a los sucesos que involucran espíritus o energías relacionadas al más allá.

Por ejemplo, en China abundan “los relatos tradicionales sobre fantasmas”; la fuente on line indica “que se creía en ellos y hasta se les rendía culto”. Según esta, Confucio dijo: “Respetad a los fantasmas y a los dioses, pero alejaos de ellos”. Los fantasmas chinos o Kuei “son espíritus malvados de personas que vivieron una vida deshonrosa o perversa, o que murieron de forma violenta. Se dice que hacen daño a las personas y buscan a quién asesinar para que el espíritu de la víctima ocupe el lugar del Kuei en el Infierno”. Esta acción “solo es posible con los espíritus débiles y cobardes”. Las autoridades, indica la cita, prohibieron en el 2007 las historias de fantasmas; sin embargo, no hay quién pueda en contra de la tradición. En Japón, estos “son espíritus apartados de una pacífica vida tras la muerte, debido a algo que les ocurrió en vida, falta de una ceremonia funeraria adecuad o por cometer suicidio”. Sus descripciones pueden ser escalofriantes. En aquella cultura también existen las formas benéficas como la de “una madre que murió durante el parto o dejando niños pequeños y que regresa para cuidar de sus hijos o traerles dulces que, al desaparecer el fantasma, se transforman en hojas secas”.

Europa también posee su carga de fantasmas. En Escocia, como en Inglaterra, es común escuchar la historia de revelaciones físicas de reinas sin cabeza o de gaiteros y gnomos. Francia cuenta, entre muchas, con la aparición de Matilde, la emperatriz hija de Guillermo el conquistador, quien, según los relatos, se deja ver las noches de luna llena. Hay historias abundantes hasta en los países más descreídos. Si se busca, se encuentran narraciones y páginas con cientos de testimonios. La mayoría increíbles, pero los pocos coherentes sí dan mucho que pensar.

Pero regresando a nuestro cementerio, ¿hay testigos que narran sus encuentros con el más allá? Pues la verdad es que sí y muchos. Uno de los relatos más conocidos es el Feliche, un hombre que fue fusilado durante el régimen de Jorge Ubico. Se dice que solía visitar las majestuosas puertas del camposanto. Eso contaba mi abuelo. Pero hay historiadores, como Celso Lara, que pueden contar relatos con más propiedad que este servidor.

Ha pasado una semana desde que publiqué el primer artículo sobre el tema. En el lapso me han preguntado si encontré alguna presencia durante mi visita nocturna y la respuesta es que sí y que no. La verdad es que no vi nada fuera de lo común. Sin embargo, sí sentí y percibí algunas cosas que no puedo explicar y que no tienen nada que ver con la producción del programa. La primera fue un miedo irrazonable que a penas si me dejó pasar por un corredor de nichos específico. Si se toma en cuenta que tenía como a 30 personas a unos pasos, que había luz y que otros compañeros experimentaron la misma sensación, pues allí seguro que había algo… (Continúa).

lunes, 23 de noviembre de 2009

Noche en el cementerio

La noche del sábado 14 de noviembre la pasé, literalmente, en el Cementerio General.

El caso es que fui invitado, junto a varias personalidades de la cultura nacional, a participar en un programa para ayudar a registrar energías de ultratumba. Los invitados fueron la diputada Anabella De León, el músico Bladimir Gaitán, los actores Vanessa Oliva, Douglas Vásquez y Enrique Cano. Todos, incluyéndome, con una disponibilidad absoluta para seguir las instrucciones que Carlos Javier Buisay y Carlos Portillo nos indicaran para alcanzar el objetivo.

Para tranquilidad de todos los participantes, los productores del programa no aplicaron ningún procedimiento para convocar lo que yo entiendo fuerzas energéticas perdidas en el espacio interterrenal. Nuestro papel fue expectante y por ende, lo más respetuoso posible para los que como en mi caso tenemos seres queridos reposando en aquel camposanto. De hecho teníamos más aprensión por los vivos, ya que el Cementerio General de Guatemala está en la lista de las zonas rojas del país. Me ocuparé unos párrafos más delante de nuestra visita y de los hallazgos alcanzados.

En una investigación superficial por la Internet encontré que la Iglesia Católica no cree en fantasmas porque no admite la existencia del limbo. El sitio que visité indica que la institución “considera perjudicial, dañoso, autodestructivo y pecaminoso el uso de la necromancia, la Ouija, el Tarot y de cualquier ceremonia o procedimiento no religioso con el cual se obtenga comunicación con la otra vida”. Una contradicción porque si no se cree en algo, no se puede prohibir que la gente pierda el tiempo tratando de comunicarse con la nada o lo que no existe. Fortalece la idea de que puede haber algo más allá cuando se piensa que muchas corrientes religiosas del siglo XXI aún aplican exorcismos y rituales específicos en contra de los ¿malos espíritus? En la otra esquina se encuentran algunos “teólogos” que indican la existencia de un “limbo al que van las almas, criaturas, seres no humanos y ángeles indecisos, que no son ni buenos ni malos ni se han puesto de parte de nadie, esperando el lugar que Dios les dará cuando ocurra el juicio final”. Si a mí se me apareciera un ángel, indeciso o no, no habría poder humano (ni celestial) que me convenciera que este no era un fantasma.

Para darle un poco de romanticismo al asunto y material a los retóricos, busqué algo sobre los fantasmas y me encontré una sección de celebridades como la mujer de blanco, en España, o la Llorona, en la América de habla hispana. El inciso marcaba que “el carácter huidizo de estos fenómenos parece indicar que los fantasmas tienen más miedo de las personas que algunas personas de los fantasmas”. Aún así y como anécdota en el caso de nuestras apariciones locales, el Sombrerón, la Siguanaba, el Duende o el Cadejo están protegidas como patrimonio intangible de la Nación. Otro punto que podría, en las mentalidades más conservadoras, provocar acaloradas discusiones en contra y a favor de la ley... (Continuará).

lunes, 16 de noviembre de 2009

Las Mazorcas

Se habla de un renacimiento del teatro guatemalteco. Más bien me atrevería a decir que por fin le están dando los espacios acreditados a los teatristas serios.

Esto no solo les ha dado una nueva visibilidad a los creadores escénicos, sino que ha insuflado un nuevo hálito al espectáculo nacional. Las hermanas Mazorca, de la cual queda ya la última función el martes 24 de noviembre en la UP, entra en esta categoría.
¿Quiénes están detrás de este montaje? Para empezar, una directora de lujo: Flora Méndez, quien además interpreta uno de los papeles. Esta artista ya ha dirigido varios trabajos con jóvenes, alcanzando excelentes resultados. El día que el Sol despreció a la Luna, El tesoro de Anita y el Entremés de los cinco pescaditos y el Río Revuelto (Manuel Galich) son algunos de sus montajes para niños. Para adultos dirigió recientemente Q.E.P.D. (junto al desaparecido Alfredo Chang L.) y Las Mazorcas.

El ámbito de acción de Méndez en los últimos años han sido las academias de arte —ha formado buenos actores— y recientemente la Escuela Superior de Arte de la Universidad de San Carlos, en donde imparte el taller de actuación 1 (Meyerhold). Como actriz ha destacado en Baby Boom, Tres intrusiones en el ojo ajeno (Estuardo Galdámez), Fuente Ovejuna (Lope de Vega), La Molinera (Casona) y La casa de Bernarda Alba (Federico García Lorca), entre otros. También hay que agregar que es actriz de televisión y de cine.

El elenco está complementado por otros artistas de igual trayectoria. Iván Martínez, quien además es bailarín contemporáneo y folclórico, ha actuado bajo la dirección de protagonistas muy representativos de la historia escénica guatemalteca como Luiz Tuchán, Lizette Mertins, Alfredo Porras Smith, Willy Ramírez Valenzuela, Vinicio Morales, Ángelo Medina, Fernando Juárez y el listado solamente para echar lumbre.

Entre sus trabajos memorables se deben listar Pluto, Ixcalqueh, La caja de arena, El Rey de la Altanería, El Señor Presidente y Corona de amor y muerte, entre muchas. Migdalia Ruiz y Nelly Castillo tienen los roles de la Mamá Tierra y la Mazorquita. La primera ha desarrollado su carrera principalmente en los escenarios de la UP, y Nelly Castillo es una de mis compañeras entrañables de las tablas. De ellas escribiré, en algún momento, un artículo en el que se resalten con justicia sus trayectorias.
La obra tiene elementos emparentados con la cosmovisión maya. Su vestuario es una abstracción metafórica de componentes culturales guatemaltecos, que no caen en el romanticismo de imitar lo existente.

Ni quiere ser folclórica ni lo necesita. Por ende, la historia es una neoleyenda que se aplica, con poesía y magia envolvente, a una de las realidades más vividas de la tragedia mundial: el calentamiento global. Toda la historia impregnada de una metáfora que más que denunciar invita a soñar y a transportarse a un plano paralelo en el que lo lúdico toma el papel de conciencia.
La UP queda en la 10 calle 10-32 de la zona 1, cercana a la iglesia Capuchinas. Asista, no se arrepentirá. Hay parqueo inmediato.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Jorge Castañeda

El 28 de octubre, G&T Continental entregó a Jorge Castañeda y a Casa Santo Domingo (Diego Castañeda) Dos Arrayanes de Oro.

La distinción la motivó los muchos aportes que la familia Castañeda y Casa Santo Domingo han hecho en pos de la cultura guatemalteca. El honor de dirigir unas palabras a don Jorge, en la sala de actos oficiales del Palacio Nacional, recayó en mi persona, y queridos lectores no tienen idea de lo honrado y agradecido que me sentí de participar de este justo homenaje a quien tanto ha hecho por muchos. En lo personal y gracias a don Jorge —lo mismo puedo anotar de G&T Continental— he encontrado una dimensión en un medio que suele ser cuesta arriba para los artistas. También debo acotar que lo aprecio profundamente porque ha sido bondadoso conmigo sin obligación de serlo y porque él realmente se deja apreciar con facilidad.
He de reconocer, con un poco de vergüenza, que me tardé algún tiempo en entender con claridad quién era ese don Jorge Castañeda del que los artífices hablaban todo el tiempo. El bajo perfil que este hombre proyecta no iba de la mano con el impacto de lo que hacía. Su labor, sin embargo, la conocía y veía con reverencia: Casa Santo Domingo y su red de museos. La acción obnubilaba totalmente el origen productor de la misma.

Cuando por fin llegué a él descubrí que lo que estaba detrás resultaba tan o más interesante que la propia faena que este mecenas moderno impulsaba. Este era Jorge Castañeda, y a él se le puede definir como un personaje cálido con sus amigos y generoso con todos los que se acercan a él. En su honor hay que mencionar que el empresario se lo había jugado todo apostando a una carta que otros hubieran dejado pasar sin pensarlo dos veces. Hizo de un tiradero de ripio un hotel cinco estrellas y de paso creó una red cultural única.
El Corredor de Museos es un área en donde se pueden visitar múltiples tipos de muestras de las épocas precolombinas, coloniales, independientes y contemporáneas, además del arte extranjero que constantemente visita sus salas.

En lo práctico, Jorge Castañeda (y su familia), le están dando a Guatemala un espacio de existencia que no tiene comparación alguna con ningún otro esfuerzo de esta naturaleza que yo conozca o que esté historiado. Sus barcos, como los de Colón, se dirigen hacia una meta que, si en un principio parecía utópica, hoy es toda una realidad tangible que se refleja en educación para los guatemaltecos y en todo un legado de rescate, protección y promulgación de fondos culturales que de otra manera estarían perdidos en la memoria de los tiempos.

A lo anotado hay que sumar el proyecto anexo que adecuó una montaña completa para un centro cultural que respeta lo ecológico y que le suma nuevos valores a Antigua Guatemala. Proyectos que no son más que el reflejo de las inquietudes de este guatemalteco número uno que, contra viento y marea, contra cualquier pensamiento lógico, se enfocó en creer en lo nuestro.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Artista del año

María Eugenia Gordillo se ha convertido en una luz por su constancia y amor a los artistas.
Veintinueve años visitando teatros, galerías de arte y leyendo empedernidamente, entre otras actividades, para mantenerse al día y así mantener vigente su actividad. Son casi tres décadas que la directora de la Hemeroteca Nacional ha dedicado a gestionar con sus propios recursos y buena reputación, fondos para incentivar carreras emergentes y reconocer los méritos de artistas consolidados.

En esta ocasión fui invitado para poner la medalla como actor del año a William García Silva y para dar las palabras de cierre. Mientras esperaba mi turno tuve la oportunidad de apreciar la emoción con la que autores con carreras muy notorias y los más jóvenes también esperaban su presea. Al mismo tiempo meditaba respecto a lo importante que es para el artista que se le reconozca su labor en vida. Esto, porque la naturaleza del trabajo que realizan es siempre enfocada a un público específico y salvo los que se desempeñan sobre un escenario y reciben aplausos, rara vez tienen la oportunidad de ser resaltados o historiados por sus méritos.

El regreso a los escenarios de William García Silva, por ejemplo, fue notado de inmediato. Como protesta por la falta de espacios para ejercer con respeto la profesión, se alejó algunos años de las tablas. Fue hasta que lo convocó María Teresa Martínez, para hacer el papel de Luis Mejía en Don Juan Tenorio, cuando se decidió a entrarle de lleno a esta nueva etapa de su carrera actoral. Así llegaría a “1649” del escritor Rubén Nájera y se involucraría más adelante en la creación colectiva del guión de la obra De amor, odios y otras traiciones, en donde tomaría el papel del Rey Vlad, con la que alcanzó el meritorio título de artista del año en la categoría de teatro.

Entre los que recibieron medalla hay que destacar a una de las voces más queridas de la radio nacional: Lucy Bonilla. Esta protagonista ha dedicado su vida a la locución —y en algún momento a la televisión—, imprimiendo a su trabajo una personalidad muy particular por la calidez que exuda. También en el rubro de Trayectoria Artística fue premiada Ana Lucía Orozco, quien además de ser cantante es una extraordinaria actriz.
Las artes visuales fueron representadas por tres autores muy diferentes entre sí. Juan B. Juárez ha sido visible principalmente por las semblanzas y los análisis filosóficos que ha realizado del trabajo de otros autores.

En la actualidad ha puesto a la disquisición del público sus pinturas abstractas. Elsie de Wunderlich además de pintora es también escultora.

Su carrera sobresale por la pasión con la que ha enfrentado sus propios retos creativos. El tercero fue un reconocimiento especial para el decano de las artes de Guatemala. Se trata de Luis Álvarez, autor de la escena Corte del café que aparece en los billetes de 50 quetzales. En total fueron 15 artistas los que recibieron galardón.

lunes, 26 de octubre de 2009

Zorrilla y El Tenorio

Por tradición se asocia el Don Juan Tenorio de Zorrilla a la familia Martínez.

El primero en hacer el montaje fue Alberto Martínez en 1934 cuando la obra salió de gira por algunos departamentos de la república y más adelante, desde 1937, cuando quedó establecida de manera ininterrumpida hasta 1967 –Martínez fallecería en 1969-. Entre 1976 y 1980 fue remontada por María Teresa Martínez quien se volvió a hacer cargo del reto desde 2004. La propuesta de la directora respeta cánones que amarran el teatro histórico guatemalteco con el del presente. En otras palabras, la riqueza del lenguaje se aúna a modos y usos desconocidos por la juventud artística nacional y en ello estriba uno de los tantos valores de este montaje que estará en el IGA entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre.

José de Zorrilla nace y muere en España entre 1817 y 1893. El ser hijo de un hombre conservador y absolutista determinaría en gran medida el giró que tomó su vida que fue todo lo contrario a lo que su padre deseó de él. Su madre, Nicomedes Moral, era una mujer muy piadosa. Tras varios años en Valladolid, la familia pasó por Burgos y Sevilla para al fin establecerse cuando Zorrilla tenía nueve años en Madrid, donde el padre trabajó con gran celo como superintendente de policía y el hijo ingresaba en el Seminario de Nobles, regentado por los jesuitas. Allí participó en representaciones teatrales escolares.

Muerto Fernando VII, fueron desterrados a Lerma y el hijo enviado a estudiar derecho a la Real Universidad de Toledo bajo la vigilancia de un pariente canónigo. Zorrilla, sin embargo, se distraía y los libros de derecho no paraban en sus manos. Por ello su tutor lo devolvió a Valladolid para que siguiera estudiando allí. El carácter impuesto por los estudios, su atracción por el dibujo, las mujeres y la literatura de autores como Walter Scott, James Fenimore Cooper, Chateaubriand, Alejandro Dumas, Víctor Hugo, el Duque de Rivas o Espronceda, arruinaron su futuro a las vistas de su padre quien desistió de sacar algo de su hijo y mandó que lo llevaran a Lerma a cavar viñas. Cuando estaba a medio camino robó una mula, huyó a Madrid (1836) y se inició en su hacer literario frecuentando los ambientes artísticos y bohemios a costas de mucha hambre. Es a partir de ese momento que su vida encuentra ciertos paralelismos con los de su personaje de ficción: Juan Tenorio… para sobrevivir se fingió un artista italiano y así dibujar en el Museo de las Familias, publicó algunas poesías en “El Artista” y pronunció discursos revolucionarios en el “Café Nuevo”. Terminó por ser perseguido por la policía.

Refugiado en casa de un gitano se hizo amigo de Miguel de los Santos Álvarez y del italiano Joaquín Masard. A la muerte de Larra en 1837, José Zorrilla declama en su memoria un improvisado poema que le granjearía la profunda amistad de José de Espronceda y Juan Eugenio Hartzenbusch y a la postre le consagraría como poeta de renombre. El resto, es historia.

lunes, 19 de octubre de 2009

¡Urgente!

Desde hace unas semanas y hasta este viernes, ADESCA ha solicitado a todos los creadores guatemaltecos que se registren para integrar el primer directorio nacional de artistas.
En éste caben todos, no importa la rama o corriente por la que transiten. Los datos que se solicitan son los siguientes: Nombres y apellidos, dirección física y electrónica (si la tiene) y su especialidad artística. La información debe mandarse a la dirección artistasguatemaltecos@gmail.com.

RESCATE PARA LA POSTERIDAD EN CASA SANTO DOMINGO. Esa es quizás una de las misiones más visibles que se han impuesto en Casa Santo Domingo y las entidades que trabajan en alianza estratégica con ellos. De entre las múltiples actividades que Mosaico Cultural ha emprendido destacan sus exposiciones retrospectivas. Esto porque llenan un espacio relevante en cuanto a la documentación y valoración de talentos que, por una u otra razón, han quedado en el limbo.

Si estos autores fueron tan importantes ¿por qué son tan poco conocidos? Al igual que con los representantes de otras disciplinas, los trabajos que los mencionan o están dispersos en bibliotecas demasiado especializadas o no han sido captados con el debido interés en los documentos publicados recientemente. Hay que recordar que el escenario artístico siempre ha sido tratado con desidia. El ejercicio de registro inmediato no posee la acuciosidad correspondiente y el sistema educativo particular y oficial tiende a formar jóvenes muy limitados en cuanto a su capacidad de investigación y proyección de ideas.

La presente retrospectiva reúne a cuatro autores que aportaron mucho a la plástica de su momento: Juan Antonio Franco (1920-1994), Arturo Martínez (1912-1956), Roberto Ossaye (1927-1954) y Max Saravia Gual (1919-1995). Todos fundamentales por la dimensión y su proyección entre otros artistas. Su trabajo, sin embargo, posee escasa representación en los museos del país que rara vez pueden orientar al visitante más allá de sus fichas técnicas.
Juan Antonio Franco, parte a México en 1943 para terminar de formarse en la Escuela de la Secretaría de Educación Pública. Allí entraría en contacto con el muralismo mexicano ya que fue ayudante de Rivera y más delante de Orozco. En Guatemala existen, por lo menos dos murales suyos. Uno en una casa particular y otro en la Escuela Municipal de Mixco. Arturo Martínez destaca como pintor y grabador. Manejó los estilos impresionistas y expresionistas así como lo figurativo-abstracto. La influencia que ejerció fue vital en la generación del sesenta. Alcanzó varias distinciones relacionadas al oficio, entre ellas que Marta Traba le organizara una muestra personal en París.

La corta vida de Roberto Ossaye no limitó el respeto a su creación entre el conglomerado artístico. Como alguno de los citados fue pintor y grabador. Su trabajo pasó rápidamente de lo académico al realismo social. Luego de su viaje a Nueva York, se adentró en el cubismo y el expresionismo, en dónde brindo sus mayores aportes. A su muerte dejó varios bocetos para murales que nunca llegaron a efectuarse. Max Saravia Gual, el artista que cierra el bloque, llegó a ser uno de los directores más queridos de la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Fue escultor, pintor y escenógrafo alcanzado méritos en cada una de las disciplinas. Figurativo, surrealista y cubista, conjugó los tres estilos en una obra peculiar y muy personal. Una de sus escenografías más logradas ha conseguido traspasar la barrera de lo efímero: la del Tren Amarillo.

lunes, 12 de octubre de 2009

Fiestas y Tasso Hadjidodou

De las “Fiestas de Octubre” sólo puedo agregar que toda publicidad es buena.
Hasta la poco solidaria. Las actividades que las conforman son diversas y no están concentradas en la capital, son gratuitas y cuentan con muchos de los artistas más sobresalientes del país. Ello sin contar con la presencia de los invitados extranjeros. El arte educa, entretiene y nos hace mejores.

Hablar de Tasso Hadjidodou se convierte en un predicamento. Esto porque es injusto sólo detallar su notoriedad a partir de una impersonal hoja de vida –que no cabría en un solo libro de dimensiones normales- y porque su protagonismo en la vida cultural del país es tan imponente que una semblanza se queda corta. Si por un lado pesa su currícula por el otro sobresale su vital humanidad. La primera ha sido indispensable en muchos sentidos para Guatemala -que lo reclama como suyo- y la segunda, básica para brindar tinte especial a la primera. Repito, un verdadero predicamento.
Pienso que una de las cualidades más apreciadas es la manera como ha sabido fluir en la vida. Pareciera que sus intereses no tienen límite y que ello le ha llevado a no hacerse cargo de una temporalidad mental. Si se le extrajera el cerebro en un laboratorio para su estudio, los científicos se encontrarían con una materia gris joven y muy activa.
Belga de nacimiento pero con sangre griega en las venas. De allí, quizás, proviene su necesidad de lo estético, su casamiento con el saber y el entendimiento absoluto de lo pluricultural. Diplomático, con una carrera impecable tras de sí. Para cada grupo con el que ha colaborado su presencia ha sido vital. Para el universo de las artes, también. Él es un eslabón, muy sólido por cierto, que une lo presente con el pasado. Ha logrado mantener contacto firme con artistas de varias generaciones y disciplinas y ya en la literatura, en las artes visuales, escénicas o en la música, ha sido fundamental por haber acompañado con gentileza el desarrollo de las carreras de creadores consolidados y emergentes.
Disciplinado lector y enconado estudioso. Tasso ha dicho en el pasado que logró borrar de su mente los verbos detestar y aburrir debido a que siempre tiene que hacer. Esto lleva a pensar en el hombre curioso que se ha adentrado en la pluriculturidad nacional a partir de su estudio e intercambio constante. Una de las cosas que hace de Tasso un ser querido es la manera como suele involucrarse con las comunidades del interior. Estoy convencido que las conoce todas y que no hay un solo lugar en donde no lo aprecien.
Sabio, benemérito, multilingüe, dicharachero y anecdótico, entre un largo listado más de virtudes –o defectos, dependiendo de cómo se quiera ver- el homenaje de IGA se suma a una larga vida llena de siembras y cosechas. Su cercanía con el IGA y el papel que él hace dentro del universo cultural de la institución, le confieren el estatus de notable.

lunes, 5 de octubre de 2009

Fiestas de Octubre

La historia de la Guatemala de los siglos XIX y XX está marcada por un olvido absoluto en temas relacionados con el desarrollo integral de los guatemaltecos.

Las malas administraciones dejaron de lado aspectos básicos relacionados con la educación, la salud y la formación. Todo —salvo contadas excepciones— fue cosmético y políticamente correcto, pero nada pensado para largo plazo, ya que eso significaba matar la gallina de los huevos de oro. En otras palabras, la pobreza generó una riqueza inconmensurable para todos los inconscientes que se fueron apoderando de cuanta ayuda internacional fluyó a este país, impuestos y otras prebendas que pertenecían sólo al pueblo y a nadie más. Si no, hay que ver la cantidad de oportunistas que llegaron a los principales puestos de Gobierno en el pasado y que salieron campantes con más recursos que cualquier emir petrolero. Menciono solo dos de aquellos líderes: Justo Rufino Barrios y Jorge Serrano Elías.
El tema del día es el hambre, y su villano, el arte. Se difundió un presupuesto y todo un sistema asumió, como en las mejores revistas del corazón, que la información era verdad absoluta, sin mayores indagaciones. El resultado atentó con la realización de una actividad de gran dimensión que servirá para acercar al público —de distintos géneros, edades y cualquier estrato social— a sus artistas y sus mensajes. Amén de lo relacionado con lo formativo, también es importante señalar que una actividad de este tipo genera fuentes de trabajo. Un buen ejemplo de ello es que los presidiarios en rehabilitación fabricarán, en las carpinterías de la cárcel, las tarimas que se utilizarán en distintos escenarios. Además, parte del programa se presentará en tres penitenciarios. Es evidente la intención de los organizadores de insertar en la sociedad otros elementos y dejar de ver las actividades artísticas como algo cosmético, superfluo, en el último lugar de importancia.

lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Le retocaron el niño?

Y probablemente se “re-cantaron” en él. No encontré una mejor frase para describirlo y captar su atención queridos lectores.
Guatemala es un país muy especial. Generalmente el que tiene es tan ignorante de lo que posee como el que no tiene nada. Las familias pudientes (o que lo fueron en algún momento) heredan objetos artísticos sin la mayor noción de la responsabilidad que reciben al convertirse en custodios de un patrimonio irrepetible. Hay cosas que están mejor conservadas por el polvo que en manos de retocadores, restauradores y otras malas hiervas improvisadas que seguramente le van a quitar todo el valor artístico a su objeto precioso.
Desde la posición que ocupo en mi trabajo, he sido y soy testigo de las barbaridades que la gente hace con sus valores. Desde verdaderas joyas coloniales hasta trabajos contemporáneos corren peligros inimaginables por la falta de cultura general de sus propietarios. Que sean los dueños no los excusa para que destruyan piezas con pretextos que personas con más de dos dedos frente no darían: “yo creí”, “yo pensaba” o “la fulanita me dijo”, son los más comunes para lucir como ignorantes y ¿por qué no? un tanto estúpidos.
Si por un lado están los incautos, por el otro están los que se pasan de vivos y ofrecen el oro y el moro sin ningún pudor y lo peor, sin castigo. Generalmente uno entrega las joyas preciosas y ellos nos devuelven espejitos si no que espejismos. La tecnología contemporánea es capaz de crear ficciones que engañan a los más expertos ¿a que me refiero? Las computadoras, por ejemplo, son capaces de crear sofisticaciones de miedo. Hoy en día el escáner de una acuarela, bien impreso, puede pasar como original.
Es por ello que la ética es un valor que debe de estar de por medio en cualquier transacción que se haga.
En estos casos los dichos de los bisabuelos pueden ser providenciales. “Si el río suena es porque piedras lleva”, “no todo lo que brilla es oro”, “río revuelto, ganancia de pescadores”, “en el país de los ciegos el tuerto es rey” y para los que ya metieron la pata, “mal de muchos, consuelo de tontos” ¿Por dónde viene el regaño? Es muy sencillo, es alarmante la cantidad de farsantes que se están haciendo cargo de objetos artísticos que, en el mejor de los casos, son robados cuando no destruidos. Una tras otra desfilan personas, desoladas, con historias previsibles porque o los estafaron o porque, de buena fe, trataron de venderle a un pícaro un objeto que de todas maneras no pagó. “Dime con quien andas y te diré quien eres”.
Uno no le entrega la vida a un médico solo por inspiración. Existen segundas y terceras opiniones. Pues lo mismo pasa en el caso del arte. Cuando uno posee o va a adquirir un valor tiene la obligación de informarse y si tiene dudas de consultar. A veces se hace hasta sospechoso encontrarse con que hay más cuadros de un autor muy apreciado muerto en circulación que cuando éste estaba vivo. No sea Näif, no se deje babosear.

lunes, 21 de septiembre de 2009

FUNSILEC 2009

Guatemala. Si algún nombre posee un significado vital en nuestra vidas es ese.

Vivimos en su territorio y como ciudadanos compartimos tantas cosas buenas y malas pero ¿tenemos una conciencia clara de lo que es nacionalidad? ¿lo que es solidaridad? Hay quienes la definen como “uno de los valores humanos por excelencia”. También se le conoce como “la colaboración mutua entre las personas.” Como sentimiento de unión en todo momento “sobre todo cuando se vivencian experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir”. Es, entonces gracias a ella que “es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos favorecidos.” Una semilla, un aporte. En este caso específico, al servicio de niños especiales.
¿Qué es Funsilec? Creo que no es la primera vez que lo anoto, pero vale la pena redundar para crear conciencia (otro de los valores inherentes al ser humano): Es una organización sin fines lucrativos que promueve actividades dirigidas a mejorar y fortalecer la calidad de vida de hombres y mujeres con lesión cerebral. La organización trabaja como centro de captación y al mismo tiempo, distribución de recursos que se convierten en condiciones favorables de vida. De este modo los beneficiados reciben la atención que requieren para desarrollar las habilidades que les permitan integrarse social y productivamente a su comunidad. También cumplen con la misión de informar y sensibilizar a la sociedad para aceptar y cuando se puede, prevenir las causas que causan tales daños. Sus personeros indican que sus menores con lesión cerebral “son personas dignas, con esperanza e ilusión de alcanzar su integración en la sociedad a través del trabajo que realizan cada día para superar los efectos que les ha causado la lesión en el cerebro, por lo que la terapia se convierte en una activad vital en su vida.
El arte -por descontado, el artista y los coleccionistas- ha ocupado un lugar clave dentro de ésta y otras misiones humanitarias. Entidades como Funsilec, Juannio, Rotarios, Rozas Botrán o Junkabal se han hecho cargo de la difícil tarea de mantener vivas sus actividades y hacerlas crecer a pesar de las eternas crisis que atraviesa el país. Curadores y todos los demás colaboradores trabajan cada año (ad honoren) para solidarizarse y cumplir misiones que se han impuesto voluntariamente. Es por ello que, además de los objetivos principales, este tipo de actividades adquieren un papel formador diferente ya que de paso sensibiliza y forma gusto. Una tarea que es necesaria a todos los niveles ¿Cómo lo hace? Primero a partir de una selección que depurara lo que los jurados consideran con los méritos suficientes para ser expuesto y ofrecido como inversión. Segundo, acercando ese producto creativo al público en general quien, además de conocer algo de nuestra cultura creativa, tiene otras opciones de formación que no ofrece ningún centro educativo del país.
Esta sexta edición de Funsilec se abrirá al público el jueves 24 de septiembre en el Hotel Real Continental y podrá ser visitada hasta el día 16 de octubre. Acérquese a esta jornada solidaria y pregunte cómo puede ayudar.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El Sueño de los Justos

Gracias al trabajo que capitaneó Silvia Herrera U., la biografía de Delfina Luna, volví los ojos al siglo XIX con mucha más curiosidad.
Esta etapa es singular y si hay un lapso para explorar a fondo es ese período en que Guatemala era un incipiente país independiente y sus ciudadanos completamente púberes respecto al manejo de la nación —bueno, hay cosas que no cambian ni con el tiempo—.
El teatro me llevó a los textos que se han podido rescatar de Vicenta La Parra y allí, bajo la compañía de la fundación que tiene su nombre, localicé creaciones que vale la pena llevar a los escenarios.
La energía me llevó a una librería y allí, como quien dice nada, un libro me encontró a mí ¿Cómo es eso? Muy sencillo, estaba buscando un diccionario específico y en lugar de comprarlo, adquirí una novela: el sueño de los justos de Francisco Pérez de Antón y con el libro un ficción histórica de calidad indiscutible.
Si ya nadie se acuerda de la importancia de la Revolución de 1920, traten de preguntar a un maestro de… ¿unos 30 años? por la de 1871. Bueno, pues el marco es aquella sublevación y sus protagonistas hombres y mujeres que lucharon por cambiar Guatemala de los cánones conservadores que la gobernaban. De la mano de lo histórico, durante el desarrollo de la trama, Pérez de Antón me situó en escenarios en que se movían las dos damas mencionadas y a otras reflexiones que compartiré en otro momento. De ellas sí mencionaré el Teatro Carrera —que por aquella época se llamó nacional y más adelante el Teatro Colón— que tuvo suma importancia dentro del desarrollo cultural de la clase media guatemalteca. Aquella estancia brillaba ya que los ciudadanos, además de buscar esparcimiento, se educaban y apreciaban compañías extranjeras que traían noticias del resto del mundo. Universo que, dicho sea de paso, estaba bien lejos. Si no tiene idea de cómo se llegaba a Guatemala en el último cuarto del siglo XIX, hay un diario que se puede localizar en CIRMA, escrito por Carolina Salvin. Guatemala estaba en la cola del mundo.
A la par de anécdotas e información valiosa, los políticos y su brazo ejecutor (el Ejército) condujeron al país a lo que parecía una promesa bajo el gobierno de Miguel García Granados y un infierno bajo el mando de Justo Rufino Barrios. Testigo, sin saberlo, de una historia paralela de amor, nobleza, valentía y otras cosas que no tienen que ver con lo humano. Hay que recordarse que si algún personaje debe ser cuestionado por la historia es este. Los contrastes en su gobierno son tantos que, incluso, las causas de su muerte “en batalla” pueden ser comprensibles.
No quiero decir más de la trama. El documento fluye y transcurre con una pasión que atrapa. Cumple con un cometido formador, que no cae en la trampa de lo académico y sí retrata una Guatemala añeja que hoy ya solo existe en fragmentos. Desde la perspectiva que se le quiera ver: la aventura, el hidalguismo, lo histórico, lo romántico, el libro es una fuente de inspiración.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Pan Dulce

Dicen que la tercera es la vencida. Ya había pasado por la experiencia de actuar para películas en dos ocasiones: Donde acaban los caminos, y un cortometraje experimental sobre los “abusos de los derechos humanos, cometidos durante los arrestos por la Policía Nacional”, que se iba a presentar solamente en Perú y Uruguay.
Cuando fui al cine a ver Donde acaban los caminos me sorprendió encontrarme con que en la película solo aparecía el acercamiento de mi mano izquierda y lo que podía ser mi panza o la de mi vecino. Es tan rápida la toma que nunca me dio tiempo a decidir si la oronda barriga era mía o ajena.
Pese al resultado, aquella experiencia valió la pena porque pude compartir con muchos artistas del panorama nacional y experimenté en carne propia un proceso profesional, por demás interesante, filmado en las ciudades mágicas de Antigua y San Pedro La Laguna. Al final, la única prueba de que estuve en su elenco es que sí salgo en los créditos como actor invitado.
La segunda fue todo lo contrario respecto del profesionalismo y a la honradez a la hora de cancelar nuestros honorarios profesionales (los cuales se evaporaron hábilmente).
Todos los actores fuimos vilmente engañados y sospechamos que nuestro corto sí se presentó en los destinos planeados, pese al pequeño error en la continuidad de una escena.
De esta, solo nos queda a mis compañeros y a mí el grato recuerdo de cómo le sacamos las castañas a la ONG a cargo y al director que, cada vez que nos ve, opta por poner los pies en polvorosa.
Hay que anotar que el camarógrafo, de quien solo recuerdo el nombre, Roberto, es una joya llena de brillantes ideas y con gran capacidad para la dirección. Él también fue estafado.
Pan Dulce me dejó lleno de satisfacciones. Primero, porque Javier del Cid (autor del libreto, director y principal productor del filme) es una artista especial y sensitivo. Esto lo demuestran tanto las secuencias de sus tomas, como el desarrollo visual tan singular alcanzado en el producto final.
Como realizador y casi sin presupuesto, supo sacar provecho a los elementos que tenía a mano y liderar al material humano profesional que encontró como respaldo para el manejo de cámaras y otros aspectos técnicos ajenos a su competencia creadora. Obtener partido de lo que no hay es algo que solo puede hacer un ser creativo. En este sentido espero que sea percibido su aporte al tema del cine en Guatemala. Al trabajo hay que sumarle la intervención de Tatiana Palomo, quien se enfocó en la dirección artística. O sea, la preparación de los actores para cada rol, resultado que queda en manos del público calificar.
Yo, por mi lado, me gocé la compañía de Palomo, Del Cid, y especialmente la de Flora Méndez y Jorge Hernández Vielman, porque tenía muchos años de querer trabajar con ellos. Los dos son unos señores actores. Los protagonistas —Pepe Orozco y Analé Lemus— fueron una revelación, debido al compañerismo y la luz que poseen.

lunes, 31 de agosto de 2009

Paisajistas en Die Augen


Llama mucho la atención encontrar espacios contemporáneos que muestren paisaje como una opción dentro de las artes visuales.
Recientemente, el IGA presentó una exhibición con obras del último paisajista vivo de la vieja escuela de Guatemala, Luis Álvarez. Homenaje que se sumó a una serie de actividades que la Fundación G&T Continental realizara en distintos espacios, a finales del año pasado.
La escuela del paisaje guatemalteco es muy rica y variada. En general tomó un camino independiente a partir de la Revolución de Octubre de 1944, cuando un grupo de artistas propuso, desde otras perspectivas más en boga, nuevas formas de expresión. Sin embargo, los artistas no se amilanaron ni mucho menos se plegaron a las nuevas corrientes. De este modo siguieron aportando nuevos elementos al academicismo regional y al costumbrismo local. En paralelo se fortalecía una corriente que en un inicio se conoció como primitivista y que hoy se define como la pintura popular guatemalteca.
A finales del siglo pasado, tanto las subastas como las galerías de arte que se preciaran de contemporáneas desterraron de sus espacios a los paisajistas. Salvo Luis Álvarez, Héctor Sitán o los Mazariegos (padre e hijo), era difícil encontrar trabajos que no fueran de coleccionistas particulares: Garavito, Tejeda Fonseca, Alfredo Gálvez Suárez, los más populares (y los dos primeros, los más falsificados en la historia del arte nacional). Sin embargo, 15 años después empiezan a reaparecer pinacotecas por demás interesantes: Carlos Rigalt, Salvador Saravia, Antonia Matos y Jaime Arimany, entre otros, y en enero de 2010 se expondrán en el Cantón Exposición las obras de Hilary Haratoon.
Lo interesante gira en torno a que tanta retrospectiva ha permitido puntos de comparación que antes no eran tan visibles. Dependiendo de la época, las locaciones y quien liderara la acción de ir a pintar in situ, así fueron las propuestas visuales de los autores ¿A qué me refiero? Que se hacen obvias las influencias mutuas y las particularidades también. El caso es que la muestra que se exhibe en Die Augen recoge la labor de dos autores separados por la distancia, pero entrecruzados en el ejercicio de la actividad pictórica.
El primero que cito es Jaime Arimany (1908-1995). Este artista pertenece a la primera generación de estudiantes de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y obtuvo su segunda formación en el extranjero. Por ende, su pincelada se distinguió por ser generosa en pigmento y color. Empastada, la luz es clave en sus registros. Atitlán, Amatitlán y otras visiones urbanas o no, fueron parte del inmenso legado que el artista dejó.
La colección también incluye obra de otro artista relevante, Miguel Ángel Ríos (1914-1991). Autor que además de haber fundado la galería de arte más antigua del país —Galería Ríos, 1945— es conocido por darle bríos a la técnica de la acuarela, con la cual alcanzó muchos de sus grandes méritos. Ambos autores fueron parte del grupo TRIAMA, y su producción se encuentra localizada en colecciones particulares y familiares.

lunes, 24 de agosto de 2009

12 Festival: Pendientes de un hilo

Ya son doce festivales del Centro Histórico. No hay duda; el esfuerzo de sus organizadores ha desembocado en algo muy claro y contundente: en él hay arte para todos y para rematar, de calidad incuestionable.
Entre el 13 y el 23 de agosto, el mes de la Virgen Patrona de la Ciudad, se enraizó un festival que exalta el rescate de su Centro Histórico y la capacidad mágica que éste posee para convocar y atraer a los capitalinos. Es el corazón de un centro urbano que se negó a morir y que hoy late con una fuerza cultural que no conoció en el pasado. Hoy el kilómetro cero y sus alrededores, es de los jóvenes y el punto que da vida al mismo ya no es el Palacio Nacional si no el Centro Cultural Metropolitano (Antiguo Palacio de Correos). En otras palabras, la zona uno está más viva que nunca.
Un lujoso catálogo da fe de lo señalado. Este, enriquecido por diversas firmas, es un registro que servirá de reclamo a las futuras administraciones ediles si no cumplen con su misión de protegerlo y hacerlo crecer. El programa lo abrió la Orquesta Sinfónica Juvenil Municipal, que a su vez se derivo de la exitosa Escuela Municipal de música (2006). Ver ésta reunión de jóvenes, de todos los estratos, compartiendo talento es inspirador. Hay un futuro para Guatemala.
La UP ha acogido a diversos grupos teatrales que han propuesto desde sus diferentes perspectivas. Algunas de las funciones han contado con la sala llena a más de un setenta y cinco de su capacidad. El sueño de las compañías hecho realidad gracias a la seguridad que se respira en el área y a la reputación de la institución anfitriona.
En lo concerniente a lo visual entre otras actividades, los maestros de la Escuela Municipal se decidieron y organizaron su muestra colectiva. Once artistas de distintas edades, que se han volcado con la energía de un titán, a formar una generación de artistas. Una burla, un juego, una crítica en tono de broma fue el acicate para adentrarse e indagar en los hábitos y las formas de relación más enraizadas en nuestra cultura. El TEG, con su misión educativa y David Pérez (de la Escuela Municipal de Arte) complementaron la visión plástica dentro del edificio que lució con distintas propuestas.
Y de la ¿Feria del libro? Bueno, pues quedó enmarcada dentro de esta multitudinaria gestión de visión más ordenada. En el parque central (ese lugar en donde se dieron la mano con ilusión nuestros abuelos y se enamoraron nuestros padres), se pueden localizar desde novedades editoriales hasta joyas perdidas en el tiempo. Con desidia espera que alguien, tal vez un nuevo Luis Luján Muñoz, las encuentre y las lleve a su biblioteca.
El espacio se hizo pequeño. Entre lo que se puede visitar, en Casa Mima, está Pendientes de un Hilo. La muestra más reciente del ceramista Rigoberto Castañeda. No se la pierda. Busque su catálogo en el Centro Cultural Metropolitano.

lunes, 17 de agosto de 2009

Mujeres de Santa Rosa


Durante años, Ingrid Roldán ha dedicado su vida a consolidar valores de la cultura guatemalteca.
Ya en sus reportajes sobre las artes en general o lo relativo al desarrollo de la sociedad guatemalteca —multiétnica, plurilingüe y pluricultural— la fotógrafa siempre ha encontrado el matiz correcto y respetuoso para abordar cada tópico.
Directa y sencilla, Ingrid Roldán atrapa, desde su esencia más pura, el espíritu digno de cada una de sus retratadas. Además del registro en sí mismo, cuenta historias relacionadas con la cotidianidad de la mujer de provincia. De este modo, sin distraerse con discursos panfletarios superfluos, la artista capta lo femenino aprovechando su entorno comunitario y, de paso, la dinámica social y cultural en la que éstas se mueven.
Sí se ha de entender a la mujer como ente formador, es quizás con esta exposición en donde mejor se puede percibir. No importando su circunstancia social, las féminas de Roldán exudan fuerza, determinación y encanto. Si bien la situación sociocultural en la que se mueven muchas de ellas dista de ser la ideal, queda claro que el proceso de deshumanización por el que pasan las latinoamericanas pareciera no vencerlas. Allí están como pilares aportando fuerza motora y condicionando desde su posición de madres, hijas o abuelas. Desde esta perspectiva son verdaderas punteras sociales que trabajan en tareas de hombres sin amilanarse. Fuertes, marcadas por el agobiante trabajo, el mapa de su piel solamente viene a dar otro misterio más a su miradas.
A lo antropológico se suma lo artístico. A la par, la capacidad periodística de Roldán. Adición de valores que provocan por la sencillez de su composición y el balance tonal de negros, grises y blancos. Esta sinceridad de la imagen no solo abre su lectura sin mayores trámites. Provoca por lo vertical, lo frontal del retrato en sí. Es, en otras palabras, un perfil estético lleno de pequeñas sorpresas que no dependen de lo técnico sino del intuitivo encanto que le impregna la autora. Si por un lado las imágenes fluyen, también hay aspectos formales por destacar. En este caso, el encuadre, manejo de la luz y los elementos que caben en esas ventanas mágicas de su trabajo.
Las fotografías de Ingrid Roldán reflejan madurez. La visión que esta profesional posee de su propio entorno. La conciencia plena de pertenecer a una sociedad diversa y llena de aristas. El haberse desarrollado en un campo dominado por varones y conquistar su espacio sin necesidad de codazos, le otorgan una filosofía de la vida que le permite apreciar su entorno como protagonista y no solo como observadora. En este sentido, en sus impresiones, hay un respeto especial que fortalece las imágenes, proponiéndolas como algo natural y no desde esa tendencia actual de exponer la vida de seres humanos desde una vitrina como objetos raros. Esa esencia humana es lo que trasluce en esta propuesta.

lunes, 10 de agosto de 2009

José Alfredo Chang

Se fue un miembro querido de nuestra comunidad teatral. Su muerte, envidiable. Falleció en santa paz de Dios mientras dormía y probablemente, ni se dio cuenta.
En esto fue todo lo contrario a su senda creativa siempre tan llena de vida. José Alfredo era inquieto y activo ya que incursionó en varios géneros y supo sobresalir con talento en distintos campos de la creación individual y colectiva.
Su carrera se inició en 1983 con el musical Hello Dolly. Allí, bajo la dirección Alma Monsanto, nos conocimos y desarrollamos una amistad que se iría entrecruzando personal y profesionalmente a lo largo de nuestras actividad artística. Chang participó en más de cincuenta producciones y su necesidad de expresión le llevó a transitar en los campos de la coreografía, dramaturgia, diseño de vestuario y la exploración de medios experimentales en el escenario.
Entre sus libretos más conocidos destacan Sobre Cascaritas y Cascarones, Sucedió en la Posada de la Estrella, De A a B… Percepciones sobra la vida y Un alto en el Portal de las Cien Puertas, trabajo que escribimos juntos a petición de Consuelo Miranda y que tenía como objetivo un homenaje a Miguel Ángel Asturias y César Brañas… Hay una anécdota y una coincidencia. Esta producción se presentó en el Paraninfo Universitario y una de las obras de Brañas requería campanadas. Alguien de la vieja guardia nos dijo que no se nos ocurriera llevar una campana al escenario y menos con un trabajo que trataba sobre muertos y aparecidos. Por supuesto quién le iba a decir que no a doña Consuelo. Más de alguno de los actores (el chino y yo entre ellos) vimos al hombre que miraba la obra desde el balcón derecho del desaparecido escenario del Paraninfo Universitario. Ahora que volvimos a poner algo de Brañas en escena, es increíble pensar que el estreno de Amor, odios y otras traiciones fue para hacerle un homenaje póstumo a nuestro amigo.
En sus coreografías también están, entre otras no documentadas, las que creó para el montaje de Yerma de Federico García Lorca. Sus logros fueron muchos y entre ellos se lista el premio Opus que alcanzó con el diseño del vestuario de José El Soñador. Trabajo, punto a parte, que se salía del común denominador de lo que se hacía en aquel momento y que brillaba con luz propia por el colorido psicodélico que insufló al montaje. También obtendría la Medalla Millenium por su desempeño escénico.
Malvados, tiernos, mordaces, incisivos, cálidos o cómicos. El abanico de personajes por los que transitó no sólo nos recuerda a un versátil actor ya desaparecido. Nos traen a la memoria al compañero cuya ausencia estamos llorando hoy. En fin, al elemento que siempre crítico sumaba valores a lo que hacíamos.
Tres espacios lo extrañaran especialmente. Artestudio Kodaly, La Escuela Superior de Artes de la Universidad de San Carlos (en donde daba clases y a cuya primera generación pertenecía) y el elenco del Juan Tenorio en donde desempeñaba el papel del Escultor. Descansa en paz, querido amigo.

lunes, 3 de agosto de 2009

Estrenamos mañana


Desde que comencé a hacer teatro, en 1982, mi vida ha sido una mezcla de aprendizajes constantes. Esta senda artística está plena de buenos directores y compañeros talentosos.
No puedo más que anotar que he tenido muchísima suerte. Los libretos han sido diversos y con temáticas variadas, con resultados que siempre aterrizaron en lo humano y todos sus matices, tanto cómicos, como dramáticos.
Desde que llevé a escena La importancia de llamarse Ernesto, Eva Perón y más adelante Textos de adolescentes para adultos, todas con el apoyo y experiencia de Wanda Gabriela Ramírez (compañera escénica y amiga de toda una vida), hubo un resurgimiento de motivaciones y necesidades que estábamos manejando ya una década atrás, con la supervisión de maestros como Luiz Tuchán o la desaparecida Consuelo Miranda.
Fue con Textos que se conformó Aquelarre Teatro Contemporáneo, y con él un equipo que se ha ido enriqueciendo en recursos con rapidez inusitada. Hoy, los integrantes activos del colectivo: Raymundo Rosales, Roberto Arana, Daniela Castillo, Julio De León y un servidor, no salimos de un trabajo y ya empezamos otro. Pero, más importante aún, somos fortalecidos con el apoyo de otros artistas consolidados como Gretchen Barnéond, William García-Silva, Vallardo Díaz, Silvia Carolina Obregón, Carlos Estrada o Francisco Trujillo, entre otros, que creen en nosotros y en lo que producimos.
1649 me acercó a un viejo amigo y compañero de las tablas: William García-Silva. Obviamente el intercambio de inquietudes se convirtió en flujo de ideas durante el desarrollo de Esto no es una pipa. La seguridad de William respecto de que estábamos haciendo arte y su manifiesto interés en que uniéramos fuerzas nos llevó a soñar con un proyecto más ambicioso que los que habíamos hecho hasta el momento. Quien nos despertó del sueño y nos puso a trabajar en serio fue su esposa Silvia Carolina Obregón… de no ser por ella no habría libretos, vestuarios, horarios de ensayo y un cierto orden que entre artistas siempre se traduce a caos.
No me extraña que a nuestra productora, Lorna Stewart, se le parara el pelo por la velocidad con la que tomó forma el proyecto y la inminencia del evento. Ni yo lo puedo creer, estrenamos mañana. Claro, hay que anotar que si existe una obra que cuente con alianzas estratégicas es ésta. Muchos amigos, empezando por mi socio Luis Escobar, y hasta mi papá, nos echaron una buena mano organizativa… el programa de mano es prolijo en donantes: fundaciones como la Monteforte Toledo o G&T Continental, Casa Santo Domingo, el IGA, La Universidad del Valle y el Ministerio de Cultura. Galerías como Carlos Woods, Arthis, las Damas del Club Rotario Guatemala Sur o Casa y Estilo. Colectivos como Hecho en Guatemala o La Torana y nuestros amigos de toda la vida: La Altuna o los editores sobre la obra de María Elena de Lamport, son solo algunos de los nombres que fortalecen nuestro trabajo artístico, y que permitieron el proyecto más ambicioso que he llevado a escena. Un verdadero hormiguero en función de cumplir un objetivo. Llevar al escenario una obra de artistas consolidados como Shakespeare, Plauto, Pardo Bazán, Wilde, Moliere, Laparra. Vega, Schiller, García Lorca, Zorrilla y Édgar Allan Poe.

lunes, 27 de julio de 2009

Álvarez y Grajeda


Por la inmediatez y la naturaleza efímera de las exposiciones de Luis Álvarez y Guillermo Grajeda Mena (entre otras actividades), estoy dejando para más adelante la segunda parte del artículo sobre Joaquín García y su sala de espectáculos: Solo Teatro.
Luis Álvarez nació el 3 de junio de 1917. Sus estudios formales los empieza en la Escuela de Bellas Artes (hoy Escuela Nacional de artes Plásticas Rafael Rodríguez Padilla) en la década de 1930, bajo la tutela de importantes artistas como Enrique Acuña Orantes, Humberto Garavito y Ovidio Rodas Corzo, entre otros representantes del paisajismo. Corriente a la que se sumaría primero como estudiante y luego como uno de sus más sólidos representantes. Es así como el nombre de Luis Álvarez queda inscrito en la historia y de paso, con el correr del tiempo, como el último representante de los “maestros de la luz” al sobrevivirlos a todos. Para anotarlo más claramente, su nombre cierra un listado que abre Acuña y Agustín Iriarte (ambos nacidos en 1876) y que integran autores como Rafael Pérez De León, Antonia Matos, Alfredo Gálvez, Carmen de Pettersen, Carlos Rigalt, Antonio Tejeda Fonseca, Jaime Arimany o Miguel Ángel Ríos, para citar algunos nombres.
La vida creativa de Álvarez, además de longeva es meritoria. Ya en el rescate del patrimonio de la nación –restauró, entre otros bienes inmuebles, los retablos, imágenes y pinturas de La Merced en Antigua y San Juan El Obispo—, o desde su perspectiva como pintor, donde aporta singulares empastes que le sirvieron para diferenciar las sombras de las luces con un toque personalista y muy especial. Hoy, a sus 92 años, sigue pintando y pueden percibirse variaciones por demás significativas. Don Luis Álvarez es autor de la escena Corte de Café que aparece en el los billetes de 50 quetzales. Su trabajo se exhibe en importantes pinacotecas, como las de los Bancos de Guatemala e Industrial, así como otros museos particulares.
En la Antigua Guatemala, en Casa Santo Domingo, se presentan por primera vez desde que murió Guillermo Grajeda Mena en 1995, una colección de 57 dibujos (incluyendo un autorretrato) pertenecientes a los fondos de la colección MONESCO.
La selección está integrada por piezas de dimensiones pequeñas realizadas sobre papel e incluye trabajos creados en tintas, a partir de los años 1950 hasta poco antes de su muerte. De tal suerte que pueden apreciarse desde dibujos conmemorativos hasta bocetos que prefiguran algunos de sus murales en la Academia de Geografía e Historia y el Museo de la Democracia, Escuintla, hoy en muy mal estado de conservación.
Grajeda es uno de los representantes más vigorosos de la Revolución de 1944, junto a otros artistas vitales de la plástica del siglo XX guatemalteco, como Dagoberto Vásquez Castañeda, Juan Antonio Franco y Roberto González Goyri. Coincidentemente compartió aulas y maestros con Luis Álvarez. La participación de Guillermo Grajeda Mena fue fundamental en el proceso de creación y la fundición de los murales del Centro Cívico. Esta muestra, incomprensiblemente, ha pasado totalmente desapercibida.

lunes, 20 de julio de 2009

Joam Solo


En varias entrevistas me han preguntado por qué me decidí a hacer teatro serio en un medio que suele ser hostil a las representaciones escénicas de esa naturaleza. Mi respuesta está dividida por varios eventos.
Uno de ellos me lleva a los inicios de la década de 1980, cuando, siendo yo un estudiante de psicología, vi a un entusiasta joven haciendo actividades teatrales en la Universidad Rafael Landívar. Aquel muchacho de abundantes cabellos, tan escasos hoy como los míos, era Joaquín Estuardo García (Joam Solo). Su primer ámbito de acción, 1980 a 1982, lo realizó con el grupo de teatro de la Facultad de Arquitectura, llamado La Mancha.
En 1982 ambos audicionamos para obtener un papel en la obra Romeo y Julieta, que iba a dirigir Ricardo Mendizábal (Q.E.P.D.) en el Gadem. Pasamos la prueba pero yo no pude salir en la obra, así es que tampoco lo conocí personalmente en ese momento.
La casualidad quiso que en 1982 los dos hiciéramos el mismo papel en dos montajes de naturaleza muy diferente en el IGA, uno detrás de otro. Él, en La Casamentera, y yo, al fin, como debutante en el musical Hello Dolly: este rol fue el de Bernabé Tuker. Hasta ese momento realicé el sueño de parecerme a él. Todavía no éramos amigos, pero en mi visión, Joaquín ya era un señor actor. Cosa fácil de comprobar por los registros que existen de su labor.
No fue raro que con su capacidad creativa y formación como arquitecto, también se especializara en escenografías. La primera de ellas fue para Maribel y la Extraña Familia (1984), con el que además obtendría una de sus nominaciones a los codiciados premios Opus, entregados por el desaparecido Patronato de Bellas Artes. Según la información que tengo, a partir de aquellas fechas hizo casi todas las escenografías de los montajes en los que participó.
Como actor ha estado bajo la tutela de innumerables directores: entre ellos destacan los nombres de Guillermo Ramírez Valenzuela, Dick Smith, Ricardo Mendizábal, Judith Armas y Miguel Cuevas (coreógrafos); Luiz Tuchán, Ricardo Martínez, Javier Pacheco, Jean-Yves Peñafiel, solo para mencionar algunos.
También ha encontrado dimensión como director. La Sirena Varada llegó tempranamente en 1988, y un año después su primer montaje para niños. A partir de aquel momento la suma de proyectos creció tanto que llegó por fin la necesidad de tomar sus propios espacios creativos. En otras palabras, adueñarse positivamente de escenarios que supo hacer suyos con propuestas magnificadas desde su visión.
Hay que destacar también el tamaño de Escenográfica, entidad donde ha realizado fantásticos decorados de magnitud inconmensurable y naturaleza diversa. Todo ello desembocó en una nueva etapa. Desde el 2005 tuvo el coraje de hacerse cargo de una sala y fundar Solo Teatro (en la zona 13).
Esto último es un mérito aparte, ya que pudiendo tomar el camino más fácil, optó por trabajos fundamentados en la búsqueda y encuentro de valores artísticos en los que arriesga todo el tiempo su inversión.

lunes, 13 de julio de 2009

Sagrada Familia


Dentro de un marco de diversidad y respeto universal, el Centro Cultural de España organizó en junio varias actividades que tienen que ver con el tema homosexual.
Argumento delicado porque, además de polémico, suele despertar suspicacias en un contexto en donde “está más de moda el imperativo pastoral que el condicional humano”. La intención del tinglado giró en torno a la “libertad en cuanto a la opción sexual de los individuos y sus propios derechos sexuales”. Frontera que muchos pretenden ignorar con argumentos muy manidos.
El listado incluyó un amplio repertorio que abarcó talleres, cine, exposiciones y otra serie de eventos que atrajeron colectivos muy variados tanto de lesbianas como de gays. Escenarios que pusieron en un primer plano la problemática del homosexualismo en un ambiente en el que se ejerce la discriminación desde cualquier perspectiva que se pueda apreciar. Ya sea por origen cultural, pensamiento ideológico, religioso o la preferencia sexual, sólo para citar algunos campos pantanosos de discusión.
Dos actividades relacionadas con el campo de las artes visuales destacaron y pueden ser aún visitadas hasta el 17 de julio. Una de ellas está localizada en el Centro de Formación (antiguo edificio de la Compañía de Jesús, en Antigua Guatemala). Se trata de Historias de Amor. Según la documentación, la acompaña refleja cómo los artistas han comprendido “un acontecimiento de la reciente historia de los derechos civiles en España: la legalización del matrimonio entre personas de un mismo sexo”.
La muestra es heterogénea e incluye pintura, dibujos, ilustraciones, técnicas mixtas, cómic, fotografía y diseño gráfico. Esto, para reflejar un marco cultural hacia la concienciación y el debate. En esta exhibición anota el curador Pablo Peinado, el arte actúa como cómplice para hacer llegar un mensaje de libertad y normalidad.
Sagrada Familia está en el Centro Cultural de España (Cuatro Grados Norte). Las características de la muestra sacuden la conciencia desde el nombre. La pareja de artistas propone una visión consolidada de las relaciones entre dos varones (Leo, Dani y su perro Piolín) a partir del respeto y la importancia de la estabilidad dentro del hogar. Los autores, Chichiao y Giannone, se adueñan de técnicas tradicionales como lo son los textiles. Paralelismo que no sé si es intencional pero que amarra la homosexualidad con acciones humanas ancestrales.
Bagaje, el guatemalteco, que se aunó a la versión chapina de la muestra, ya que algunas comunidades de tejedores aportaron cuatro “lienzos” de dimensiones y bellezas considerables. Si se deja de lado lo estético, que en esta colección pesa debido a la calidad de los bordados que van contando la historia propuesta, el mensaje lo que denota es una riqueza de vida en la que la plenitud y la seguridad prevalecen sobre los tabúes y otras convenciones. No está demás señalar que algunas de las telas fueron bordadas por un colectivo indígena gay que opera en Atitlán.
En ambos casos —Historias de Amor y Sagrada Familia— habrá varias actividades paralelas cercanas a su cierre. Si tiene interés en asistir o consultar respecto al tema, puede llamar al 2385-9066 / 67 y 70.

lunes, 6 de julio de 2009

Juannio (final)


Su constante necesidad de formación llevó a Fátima Anzueto a Perú, y más adelante, a Rusia. En Guatemala, más allá de la ENAP, buscó en la universidad nuevos horizontes a los cuales aferrarse…
Su propuesta está emparentada con los movimientos Op art: a partir de una toma general fotográfica, Anzueto recorta un fragmento seleccionado y recompone la imagen buscando una concordia visual, en la que el patrón se repite creando una nueva visión. Ésta, armónicamente compuesta, crea una ilusión óptica vibrante e independiente —similar a las imágenes multiplicadas de los caleidoscopios— que condiciona su lectura y que invita a adentrarse en ella inevitablemente, debido al flujo que producen las retículas que unen cada segmento. Al basarse en un principio que ya conoce bien y luego de una investigación, encontró una analogía para el desarrollo de su trabajo.
Se trata de los óculos que se practicaban en los muros de las fortalezas para espiar hacia la calle. Invirtiendo el principio, es el público el que se ve impulsado a espiar por los puntos de fuga que convergen siempre hacia el centro.
Alejandro Anzueto acaba de tener una notoria exposición fotográfica en Casa Santo Domingo. En este caso se inclinó por la intervención de un objeto —crucifijo—, el cual decoró con vibrantes colores fluorescentes. Y si se ha de pensar en la alusión del Pop Art, también hay que listar en esos contenidos a Christian Cojulún, José Colaj, Abel López, Carlos Pérez, Éver Rodas, Carlos Fitzgerald y Marco Tulio Roquel, quienes, como Anzueto, se apropian de una imagen y la intervienen para obtener los resultados diversos de acuerdo con la realidad de cada autor.
Me agradó encontrarme, entre los seleccionados, a dos de las artistas de hecho en Guatemala, Patricia de Valladares y Pina Pinetta. Ambas autoras, como todo el colectivo al que pertenecen, salieron hace buen tiempo de su punto de comodidad, para empezar a aportar elementos al medio pictórico guatemalteco. Ello, a pesar de la oposición misógina del ámbito. Además de ser líderes positivas dentro del campo de la gestión cultural, ambas pintoras son poseedoras de iconografías y paletas particulares. Como grabadoras también han encontrado eco y material para proponer.
El rubro de artistas invitados se sustenta por obra que pasa por otro tipo de curaduría fuera de concurso. En este caso es el plato fuerte, en cuanto a que la selección se nutre con trabajos de artistas consagrados por la historia y el mercado extranjero. La colección, se nota, fue realizada con una clara conciencia y entendimiento.
Entre la obra de fallecidos hay que destacar el proyecto para el Banco de Guatemala, de Carlos Mérida; Arriba, de Dagoberto Vásquez, y sin título, de Robert Von Zimmerman.
Zimmerman, al igual que los mencionados, fue una de las figuras sobresalientes de Juannio durante la década de 1960. Murió trágicamente hacia 1978, luego de haber producido basándose en referentes locales y extranjeros. Cuarenta y cinco años de una entidad pro guatemaltecos y su dimensión en la sociedad. En apenas cinco años será inscrita como Patrimonio Nacional, y hasta las autoridades tendrán la obligación de protegerla.

lunes, 29 de junio de 2009

Juannio (III)


Si bien en las tomas de Permuth no abundan los retratos, es a partir de la psicología del objeto y la relación de éste con lo humano como él logra esa identificación entre el observador y la imagen. En su caso particular, puede encontrarse numerosa información sobre su labor en Internet.
Juan Pelayo Castañón (segundo lugar), Beatriz Echeverría y Gerardo Iván Gularte (ambos finalistas) deben considerarse dentro de la corriente emergente, aunque la segunda parece haber pasado ya por una larga formación. Los puestos que alcanzaron son meritorios, pero no tengo mayores puntos de apoyo en otros trabajos de ellos para adentrarme en lo que hacen. En todo caso habrá que indicar que dentro de la caja Cabal, producida en el Taller de Gráfica Experimental (Centro Cultural Metropolitano), hay una referencia anterior muy similar a la “vieja inadecuada” de Gularte Paredes.
Otra pieza muy influenciada, en este caso por la figuración de Marlov Barrios, es la de Sergio Valenzuela. Este artista ha logrado gran difusión de su trabajo en otros eventos de similar naturaleza y en exposiciones colectivas. No solo posee un buen dominio del pincel, sino que maneja con soltura la aplicación del pigmento. Entre sus virtudes destaca su capacidad como dibujante y su entendimiento espacial.
También dentro del bloque finalista están las obras de Enrique Castillo y Luis Enrique Simón, ambos ex alumnos de la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Castillo, uno de los discípulos más logrados de Daniel Schafer, se asienta como pintor en toda la dimensión de la palabra y con muy buena mano. Intenso en el color y limpio en la aplicación del mismo, ya en lo lineal como en lo que sugiere por medio de siluetas, el autor ha despegado con ideas propias hacia una carrera que luce más que prometedora.
Por su lado, Luis Enrique Simón se desarrolla dentro de un campo más conceptual con un objeto, cuya misión es más la meditación que lo estético. Su ascendiente indígena le lleva por la senda de la memoria histórica. Más que una instalación, este objeto se convierte en un estandarte de ideas relacionadas al conflicto armado y el sufrimiento del pueblo guatemalteco. Bien, en cuanto a que se ahorró elementos (sangre, armas, fosas y otras cosas usuales).
Los seleccionados para catálogo lo abren los hermanos Anzueto. Fátima y Alejandro. Fátima es egresada también de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, y Daniel Schafer la atrajo a su grupo de estudiantes porque encontró en ella capacidad suficiente para interrelacionarse artísticamente con ella.
Es por esto que le dedicaré un espacio especial dentro de esta serie. Su producción se caracteriza por una esencia artesanal y tecnológica. La autora se manifiesta desde una voluntad de armonía absoluta. Condición que se da desde la fusión de inquietudes espontáneas (y aprendizajes académicos) que nutren todo lo que hace. Ya desde sus tiempos de estudiante era visible por su individualidad y la seriedad con la que enfrentaba las misiones que se imponía...
(Continuará).

lunes, 22 de junio de 2009

Juannio.com


Desde que tengo este espacio en 1996 he escrito, salvo excepciones extraordinarias, sobre Juannio, sus distintas dimensiones y misiones.
Trabajo que podría parecer redundante, pero que tiene el objetivo de hacer conciencia permanente acerca del enorme peso que conlleva para sus organizadores mover una actividad cuyos fines son recaudar fondos para beneficio social sin fines de lucro. Al mismo tiempo y por descontado, cada año se inaugura un escenario singular y serio para las artes del país.
¿Dimensiones? Habilitar guatemaltecos para que se integren en una sociedad que no los comprende y que, en el peor de los casos, los rechaza por ser diferentes es una de éstas. Educar niños especiales en países en vías de desarrollo —como Guatemala, el tercer mundo en su más dramática expresión— es un trabajo que se vuelve cuesta arriba, porque se efectúa a partir de programas muy específicos.
En otras palabras, el Instituto Neurológico de Guatemala o las obras que promueven entidades similares como FUNSILEC o Artes Muy Especiales requieren de una cadena de profesionales que condicione la formación de cada estudiante. Entre éstos destaca el psicólogo que evalúa al niño, el médico que dictamina su estado de salud, el otorrinolaringólogo —por lo general, tienen otros problemas que solucionar antes de entrar de lleno en su formación— y especialistas diversos según el problema más desarrollado que cada uno tenga.
Los resultados, que pocas veces son visibles de inmediato, son grandes triunfos y una labor magisterial que pocos quieren asumir, puesto que para terminar de fregar, es mal pagada.
Aun así, hay maestros de educación especial que toman su “misión” con carácter de apostolado. A lo anotado hay que añadir que, por ser una instrucción personalizada, se hace en aulas acondicionadas y grupos muy reducidos —cinco estudiantes máximo— que puedan presentar algunas similitudes. Como ven, las dimensiones se agrandan en pos de las misiones.
Y el pensamiento va de la mano del regaño tanto para algunos artistas como para sus coleccionistas. Hacer negocios debajo de agua y luego salir felices a proclamar a los cuatro vientos que consiguieron la pieza brincándose las trancas es robarles oportunidades a los niños. Por ello, a estas pujas ya no se invitan a los artistas y se vigila de cerca a los indeseables. Justos han pagado por pecadores. Este es un evento en el que todos ponemos algo de nuestra parte y en el que la ética profesional debe pesar sobre todo. Si usted se pregunta ¿estará hablando de mí?, probablemente es porque lleva su pecado a cuestas.
Producciones artísticas serias. El comité organizador de la subasta trabaja todo el año en la búsqueda de esquemas coherentes de curaduría que puedan dar garantías a los benefactores del Instituto Neurológico. La muestra puede visitarse en el Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida y, aunque la puja ya pasó, aún se pueden adquirir obras en el precio base más un pequeño porcentaje de ley…

lunes, 15 de junio de 2009

Juannio 2009


Desde que tengo este espacio en 1996 he escrito, salvo excepciones extraordinarias, sobre Juannio, sus distintas dimensiones y misiones.
Trabajo que podría parecer redundante, pero que tiene el objetivo de hacer conciencia permanente acerca del enorme peso que conlleva para sus organizadores mover una actividad cuyos fines son recaudar fondos para beneficio social sin fines de lucro. Al mismo tiempo y por descontado, cada año se inaugura un escenario singular y serio para las artes del país.
¿Dimensiones? Habilitar guatemaltecos para que se integren en una sociedad que no los comprende y que, en el peor de los casos, los rechaza por ser diferentes es una de éstas. Educar niños especiales en países en vías de desarrollo —como Guatemala, el tercer mundo en su más dramática expresión— es un trabajo que se vuelve cuesta arriba, porque se efectúa a partir de programas muy específicos.
En otras palabras, el Instituto Neurológico de Guatemala o las obras que promueven entidades similares como FUNSILEC o Artes Muy Especiales requieren de una cadena de profesionales que condicione la formación de cada estudiante. Entre éstos destaca el psicólogo que evalúa al niño, el médico que dictamina su estado de salud, el otorrinolaringólogo —por lo general, tienen otros problemas que solucionar antes de entrar de lleno en su formación— y especialistas diversos según el problema más desarrollado que cada uno tenga.
Los resultados, que pocas veces son visibles de inmediato, son grandes triunfos y una labor magisterial que pocos quieren asumir, puesto que para terminar de fregar, es mal pagada.
Aun así, hay maestros de educación especial que toman su “misión” con carácter de apostolado. A lo anotado hay que añadir que, por ser una instrucción personalizada, se hace en aulas acondicionadas y grupos muy reducidos —cinco estudiantes máximo— que puedan presentar algunas similitudes. Como ven, las dimensiones se agrandan en pos de las misiones.
Y el pensamiento va de la mano del regaño tanto para algunos artistas como para sus coleccionistas. Hacer negocios debajo de agua y luego salir felices a proclamar a los cuatro vientos que consiguieron la pieza brincándose las trancas es robarles oportunidades a los niños. Por ello, a estas pujas ya no se invitan a los artistas y se vigila de cerca a los indeseables. Justos han pagado por pecadores. Este es un evento en el que todos ponemos algo de nuestra parte y en el que la ética profesional debe pesar sobre todo. Si usted se pregunta ¿estará hablando de mí?, probablemente es porque lleva su pecado a cuestas.
Producciones artísticas serias. El comité organizador de la subasta trabaja todo el año en la búsqueda de esquemas coherentes de curaduría que puedan dar garantías a los benefactores del Instituto Neurológico. La muestra puede visitarse en el Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida y, aunque la puja ya pasó, aún se pueden adquirir obras en el precio base más un pequeño porcentaje de ley…

lunes, 8 de junio de 2009

Encuesta reveladora

Hace un par de semanas me llegó a las manos un documento que ya desde el título me llenó de curiosidad.
Era la Primera Encuesta de Público de las Artes Escénicas en la Ciudad de Guatemala, mayo-noviembre 2008, auspiciado por ADESCA. Trabajo que surge como parte del “Taller Integral para el Desarrollo de Estrategias de Desarrollo de Público para las Artes Escénicas en Guatemala, 2008”.
Sus contenidos, en algunos aspectos, me sorprendieron y en otros solo me dieron certezas de experiencias que me son muy familiares, y que más adelante comparto con ustedes.
Ya desde la presentación del trabajo se pueden apreciar los niveles de crisis en los que las artes escénicas formales y los teatros están atravesando. No hablo acá, por supuesto, del redituable jolgorio que gobierna las pseudosalas que contribuyen con la mala educación de los sentidos y el detrimento de espectáculo escénico.
Allí se apunta la teoría de la “enfermedad del costo de las artes escénicas” (mal de Baumol), en la que “mientras la economía global tiende a la reducción de la cantidad de horas hombre para obtener un producto de consumo diario, una puesta en escena (teatro, danza o música) requiere casi la misma cantidad de horas/hombre que hace cien o hasta 200 años, por lo que sus costos, al ser confrontados con la economía global, tienden a subir exponencialmente”. Concluye el párrafo con una idea obvia que ha hecho que muchos artistas escénicos abandonen el trayecto por convertirse en un camino cuesta arriba.
Entonces, ¿cómo financiar un trabajo digno al que por falta de recursos publicitarios pagados va a asistir poco público, y cuyos costos son mayores que las expectativas de cubrir los gastos generados en el evento? O más terrible aún, de dónde va a surgir un salario digno para los artistas que participan de la propuesta si el interés por el teatro serio o de búsqueda no llama la atención desde que la guerra interna lo mató.
Aunque no aborda el tema desde esa perspectiva, eso es lo que refleja el estudio central que, si entendí bien, aún está en su fase inicial.
Any way. Así lo expresarían los asiduos visitantes de los centros comerciales que en su vida han puesto un pie en un teatro… la encuesta incluye una página, la nueve, cuyo encabezado anota “algunos datos notables”. Entre ellos que las salas serias solo llenan una tercera parte de su capacidad a pesar que en el presente se hacen más obras de teatro.
Que la mitad de los encuestados no pagó por su admisión (eso a pesar que solo uno, de cada cinco eventos, es gratuito). Positivo es que el público que va a los teatros (no a los cafés teatros) tiene formación universitaria y, por ende, criterio. Es por ello que quien asiste a las salas va por la rama que se presenta. También está claro que quienes asisten con asiduidad al teatro son otros artistas.
El informe impreso del trabajo se reparte de modo gratuito en las salas de teatro, y lo puede solicitar también a ADESCA, en el Centro Cultural Metropolitano.

lunes, 1 de junio de 2009

DIE AUGEN

El pasado jueves quedó abierta al público la galería de arte Die Augen (Los Ojos), propiedad del oftalmólogo Carlos León, quien funge como su director.
La nueva sala, que ocupa dos niveles de un edificio, ofrecerá exposiciones periódicas en las que serán incluidos tanto artistas consolidados como emergentes. León creó el espacio como un lugar de apoyo y difusión, para que contribuya a cumplir con la función social que le corresponde dentro del desarrollo de la nación. Además de los usos administrativos y las funciones que tiene una galería, la Die Augen quiere crear una dimensión activa, dinámica, que sea un testimonio del acontecer cultural y que muestre un auténtico perfil de la comunidad a la que pertenece (C. León).
Además del mecenas, hay una figura muy importante detrás de todo esto y que se convierte en una garantía para la seriedad de los proyectos… la directora artística: Julia Vela.
Esta notable de las artes escénicas está poniendo toda su experiencia y energías en matizar una galería que seguramente va a estar marcada por la pluralidad. El catálogo de apertura es el mejor ejemplo ya que, junto con artistas como Rodolfo Abularach o César Izquierdo, se exhiben trabajos de artistas populares de poblaciones aledañas del lago de Atitlán y Comalapa. En este sentido Vela expresa que “Die Augen se ofrece al público como un centro de diálogo y nuevas propuestas conjuntas entre… curadores, críticos, artistas, promotores y marchantes, con la conciencia de que el Arte, como institución occidental, debe replantearse a la luz de nuestra realidad latinoamericana, y sus políticas requieren de una visión democratizadora acorde con la época en la que vivimos, en la que el arte deja de ser un bien de lujo, una pieza de contemplación y colección, para convertirse en una práctica viva y transformadora”.
En el recorrido destacan piezas sobresalientes por distintas razones. El retrato de Olga Arriola, pintado por Dagoberto Vásquez en 1945, antes que él partiera a especializarse a Chile, durante el gobierno de Arévalo, no es algo que se pueda ver usualmente.
En el trabajo ya se pueden apreciar algunos de los elementos de síntesis que el artista fue perfeccionando a lo largo de su carrera. Otro retrato de características destacables es el de un púber realizado por el panza verde José Miguel Leal, en 1906, y que aparece listado como sin título. El trabajo denota a un autor con muchas luces y oficio. Si estudió pintura en Guatemala tuvo que haberlo hecho con los autores cercanos a los artistas que trabajaron para Reyna Barrios y, por ende, con Durini, Doninelli, los hermanos Chávez, Santiago González, los hermanos Penedo y hasta Justo de Gandarias. Por su calidad, sin duda, habrá que investigarlo más a fondo.
De Elmar Rojas hay una acuarela de pequeñas dimensiones de 1969, de cuando existía Vértebra. La obra posee contenidos que demuestran la osadía de Rojas para criticar al sistema y el modo como el autor reinterpretaba sus fuentes de inspiración para crear un universo pictórico paralelo a la realidad. Como los listados, hay otras producciones interesantes.

lunes, 25 de mayo de 2009

Serigrafías en la sala Carlos Mérida

En el marco de “Arte en mayo”, la Fundación Rozas Botrán dedicó un espacio especial a la técnica serigráfica.
Bajo la premisa “por los más necesitados”, se inauguró el pasado miércoles 13 de mayo, en el Museo Nacional de Arte Moderno, una variada colectiva en la que también se incluyen pinturas, fotografías, xilografías y esculturas de diversos autores. La pluralidad que compone el conjunto permite ver trabajos en los que destacan creaciones de esencia popular, pasando por paisajismo y hasta expresiones más contemporáneas. De este modo los artistas se unen a los coleccionistas en una visión humana que pretende ayudar a otros.
La serigrafía es considerada un refinamiento de la impresión con plantillas. Las impresiones más antiguas de las que se tiene memoria provienen de las Islas Fidji y fueron realizadas por los nativos para imprimir telas en un sistema muy primitivo pero eficaz: recortaban patrones en las hojas de los platanares y luego aplicaban tintes orgánicos (vegetales) sobre cortezas y tejidos. Los japoneses llegaron a aplicar hasta cinco colores. La técnica fue evolucionando durante la Edad Media ya que se utilizó, inclusive, para decorar naipes y otro tipo de ornamentos. Esto último se logró gracias a una maquinaria manual más sofisticada en la que se utilizó madera.
El proceso moderno en color se hace por medio del estarcido. Este método consiste en el traslado de un dibujo o diseño de una superficie determinada a otro soporte. Esta manera es utilizada también en la pintura mural para pasar el diseño de un cartón al muro sobre el que se pintará al fresco. Tradicionalmente se realizaba perforando los contornos del dibujo en el papel o cartón con orificios alienados a través de los cuales se señalaban marcas con barritas de hulla o bien se hacía pasar polvo de carbón u otro pigmento. En el proceso manual se fija el estarcidor a una malla de seda —tupida y estirada— sujeta a un bastidor de madera. El color se aplica con un rodillo, uno por vez, esparciéndolo a través de las partes recubiertas de la pantalla.
La maquinaria actual se ha refinado hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, cuando el proceso es artístico y no industrial, siempre es necesaria la presencia de un artista que vigile y acompañe todo el trayecto hasta el final. Es allí donde Ramón Ávila, y ahora su hijos Ricardo e Isabel, han jugado un papel fundamental en el desarrollo de la serigrafía en Guatemala.
La colección que hoy se exhibe en esta sala proviene de la empresa familiar Arte Papel, S.A. La misma es parte de una extensa colección que ha sido cuidadosamente producida y que incluye el trabajo de reputados artistas fuera de la república.
Es muy significativo que este encuentro se dé en una sala dedicada a uno de los padres de la gráfica moderna guatemalteca: Carlos Mérida.
Este artista realizó —desde 1928 y hasta 1984 (año de su muerte)— múltiples aportes en el campo del grabado. En este sentido, el Museo Nacional de Arte Moderno de Guatemala posee la colección más importante que existe de toda su producción gráfica.

lunes, 18 de mayo de 2009

El ángel de la luna llena

Desde que el cine surgió en Guatemala, de a poco, se vuelve costumbre ver aparatosos montajes escenográficos en distintas locaciones del país.
Los llamados a castings ya no son tan esporádicos, y la lista de candidatos idóneos, en lista de espera, suele ser muy numeroso. Hay artistas, directores, camarógrafos, guionistas, productores y más. Todo un universo que a penas se está abriendo paso y que se define ya por una fuerza de voluntad y el deseo de hacer.
Si montar una obra de teatro es caro, hacer una película lo es mucho más. El resultado de cada convocatoria es la sumatoria de múltiples dígitos que, por lo grande, puede hacer tambalear cualquier proyecto. De allí que El Ángel Producciones invita al público a compartir créditos en los filmes que produce de modo alternativo. Esto a partir de la subasta de las obras visuales del cineasta, pintor y arquitecto Méndel Samayoa y la de otros artistas que donaron su trabajo para tal efecto.
La convocatoria es para este jueves 21, en la Hacienda Santa Fe (2a. avenida 13-40, zona 10), a partir de las 19.30 horas. Además de las obras y su certificado de autenticidad, el donante tendrá un diploma que lo certifica como mecenas del cine.
¿Quién es Méndel Samayoa? Este chapín comenzó su carrera como fundador de AC&B Efectos Visuales, en los años de 1980. Más adelante, luego de un contrato como director de arte para un equipo chileno, fue invitado a Santiago de Chile, en donde permaneció 10 años. Allí, según las notas curriculares, aprende “la disciplina y el rigor de una industria real, la tecnología de punta de un país bien provisto y el arte de Screenwriting”, que marcan hoy su perfil en el medio. Es a partir del cambio de milenio que comienza con una serie de éxitos que le posicionan como aquilatado artista y que a la vez hacen visible el cine guatemalteco en el panorama internacional. Entre su filmografía ya como director, productor o creativo se listan los títulos Donde acaban los caminos, Felonía, Advertencia dual, Looking for Palladin y La paciente.
Es a partir de esta experiencia visual que su trabajo plástico se enriquece y toma una dimensión diferente. En ella suma créditos, además de lo expuesto, tanto su experiencia con la fotonovela popular Pasión por un beso como por su videocómic Sweet Dalila. Ambos géneros han sido poco explorados por otros profesionales en este país.
El Ángel de la Luna Llena Cine Independiente o El Ángel Producciones es una entidad que ha alcanzado notoriedad, debido a una serie de reconocimientos entre los que se listan por lo menos ocho premios Ícaro (2004-2008), el ser finalista en las selecciones de Strasbourg, Francia y Nueva York Latino Film Festival (2008), dos Orlando Hispanic Festival (2008) y el estar seleccionado para participar en otra serie de festivales alrededor del mundo. Esta empresa la codirige con Cecilia Santamarina, quien también posee una trayectoria apreciable en el medio. Solo resta apuntar que la idea de esta columna es la de resaltar que para que nuestro cine siga su camino es necesario darle un empujoncito. No falte. Su presencia es vital.